A mitad de semana, ante la presión en bloque de los gobernadores del Norte Grande, el ministro de Economía, Sergio Massa, amplió a $85 mil millones la partida de subsidios nacionales asignada en el presupuesto de 2023 para subvencionar el boleto del transporte de pasajeros en el interior del país.
El monto es bastante más elevado que los $66 mil millones previstos en el proyecto que había ingresado al Congreso, pero también muy inferior a los $113.700 millones que los diez mandatarios norteños habían pedido como piso de actualización indispensable, a la par de reclamar un criterio de distribución más equitativo para todo el país.
Tras el acuerdo, con un comunicado que pareció dirigirse ante todo al FMI, el Palacio de Hacienda aclaró que la ampliación presupuestaria "no implicará aumento en el gasto público nominal", sino una "reasignación de partidas previstas en el proyecto enviado al Congreso".
En Salta y otras provincias argentinas, la mayor preocupación es menos distante en espacio y tiempo, porque la semana entrante se avecina con un nuevo paro que la Unión Tranviarios Automotor (UTA) anunció para el martes, miércoles y jueves en el marco de un conflicto salarial que, hasta el cierre de esta edición, seguía sin destrabarse. Es que choferes del interior del país aspiran a cerrar un acuerdo salarial como el que consiguieron sus pares del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), equiparación que desde el núcleo empresarial de la Federación Argentina de Transportadores de Automotor de Pasajeros (FATAP) se considera inalcanzable sin una redistribución de subsidios más ecuánime o fuertes subas en el boleto.
Ambas partes volverán a encontrarse mañana en una nueva audiencia convocada por el Ministerio de Trabajo de la Nación. Si en esa reunión no se acercan posiciones, más de 9 millones de usuarios y las economías de todo el interior del país volverían a ver paralizados los servicios desde las primeras horas del martes hasta la medianoche del jueves inclusive.
Asimetrías
Detrás del conflicto salarial que tiene otro paro de colectivos en puerta en la Argentina profunda hay grandes inequidades y asimetrías que son palpables en los registros del Ministerio de Transporte de la Nación.
De esos datos, que son de carácter público, se desprende que mientras la Nación subvenciona hoy a empresas de autotransporte de pasajeros del AMBA con cerca de $30.000 millones por mes, los servicios del resto del país contarían en 2023 con subsidios nacionales por $85.000 millones para todo el año.
Hasta antes de la última actualización que tuvieron las transferencias al AMBA, en septiembre último, el promedio de subsidios nacionales por colectivo era en esa jurisdicción de alrededor de $1,4 millones. Hoy, con el incremento de septiembre, se ubica por encima de $1,5 millones. En el sistema que administra Saeta en el área metropolitana de Salta la media por colectivo es de aproximadamente $307 mil, o sea cinco veces menor.
En estos días se conocieron datos de los subsidios que distribuyó la cartera nacional de Transporte desde enero hasta julio. Los registros de los primeros siete meses del año también dejan apreciar, incluso a nivel demográfico, la enorme disparidad que existe en el reparto de las subvenciones. En el AMBA, los subsidios que el gobierno nacional distribuyó entre las empresas de colectivos ascendieron a $4.897 por habitante, mientras que en Salta totalizaron $1.196.
En Jujuy, Tucumán, San Juan, Mendoza y Córdoba los promedios también se ubicaron entre 1.000 y 1.300 pesos. En Santa Fe, San Luis, Chubut, Catamarca, Misiones, Santiago del Estero, Neuquén, Chaco, Corrientes y Entre Ríos oscilaron entre los $500 y $900. En La Rioja, Río Negro, Formosa, La Pampa y provincia de Buenos Aires quedaron por debajo de los $500.
Con el agregado de los subsidios a los trenes, el promedio del AMBA trepó a $7.500 por habitante. Esto es diez veces más que la media de las provincias.
El AMBA (Área Metropolitana de Buenos Aires que concentra al 37% de los habitantes de Argentina) recibe el 75% de las subvenciones del sistema de transporte automotor, mientras el restante 25% se distribuye entre todas las provincias. Los ajustes que se hicieron en la última década, lejos de achicar la brecha, la agradaron.
Tras el acuerdo salarial que se cerró en el AMBA, las compensaciones tarifarias para los colectivos de esa jurisdicción treparían hasta unos $32.000 millones mensuales, mientras que la asignación para el resto del país ronda actualmente en los $4.500 millones, según proyecciones de FATAP. El mes pasado los colectivos del Gran Buenos Aires recibieron $28.135 millones y el interior del país $3.850 millones.
