No es noticia que el hambre que hay entre las comunidades de Embarcación es un problema de larga data. Ayer se viralizaron imágenes de una gran pelea en pleno centro de la ciudad entre personas indignadas porque no habían resultado beneficiarias del bolsón de alimentos que entrega el gobierno periódicamente.
Lamentablemente, comenzaron a circular fotos donde claramente se ve alimentos de los módulos alimentarios carbonizados en el basural de Embarcación. La imagen es cuanto menos triste en una ciudad donde el hambre corre a las comunidades lentamente.
Vecinos del lugar manifestaron que fueron empleados de la municipalidad, encabezada por Carlos Funes, quienes arrojaron los bolsones alegando que los alimentos ya se encontraban vencidos y no eran aptos para consumo. Lo extraño es que son productos no perecederos, que permanecen exentos de deterioro por mucho tiempo, incluso años.
Sin duda, el desperdicio de alimento en una comunidad donde los niños se mueren de hambre es un atentado a los derechos humanos de los salteños del norte. Hay una comunidad entera indignada y acostumbrada a que las respuestas del intendente no lleguen jamás.