El licenciado Ricardo Márquez conoce muy bien el tema. El hombre lo sufrió en carne propia cuando realizó denuncias similares a las de Joaquín V. González, solo que aquí nomás, en el Hospital Señor del Milagro. En ese momento era el actual ministro de Salud, el Dr. Juan José Esteban, quien dirigía dicho nosocomio. Sobre Márquez cayó todo el peso del poder, y lo sufre hasta el día de hoy.
Márquez fue alejado de la jefatura del Programa de Enfermería del Hospital del Milagro luego de que cuatro enfermeras lo denunciaran por violencia laboral y de género. Desde ese momento fue trasladado como enfermero al Centro de Salud del barrio 20 de Junio, en la capital salteña.
El Licenciado en Enfermería, dueño de una trayectoria envidiable, anteriormente había denunciado al ministro Juan José Esteban por distintas irregularidades en el Hospital del Milagro. Márquez expuso allí que cuando ingresó al cargo por concurso, en el año 2018, revisó los números y se dio cuenta que un grupo de enfermeras cobraban horas guardias activas por cargos que no existen. Es decir, cobraban por horas que no trabajaban. Según el propio Márquez, las mujeres se hacían llamar “las chicas de Juanjo”, en referencia a la cercanía política que mantenían con el actual ministro, una directa declaración de poder.
"Yo pase notas a la dirección del personal de la provincia, a legales de la provincia, donde uno de los abogados de ahí me responde que quedó en forma extemporánea y ya se no se iba a realizar las sanciones a nadie porque ya no correspondía", aseguró Ricardo Márquez sobre el devenir de las denuncias que realizó en su momento. Además, el enfermero afirmó que denunció a los gerentes con toda la documentación correspondiente: "Las enfermeras hacían abandono de servicio, se iban del hospital a la hora que querían y volvían a la hora que querían", dijo, con el agravante de que esas horas eran facturadas por el nosocomio, en ese momento a cargo de Esteban.
Ahora, el licenciado se encuentra desafectado de su cargo y está solicitando que se lo restituya con todo el tiempo que estuvo afuera. "Acá me tienen, contra las cuerdas. Una de las mujeres que me denunció a mí se hace pasar por licenciada", agregó.
Y es que Márquez fue denunciado por el señalado grupo “Las Chicas de Juanjo”. Las denuncias, que le significaron la apertura de un sumario, señalaban violencia laboral y violencia de género. Denuncias Graves.
Con el tiempo, Márquez pudo probar ante la Secretaría de Recursos Humanos del Gobierno de la provincia de Salta, que era inocente. La justicia, en cambio, acciona de modo mucho más lento.
A pesar de que las denuncias en su contra fueron desestimadas por el propio gobierno de Salta, a Márquez jamás le devolvieron el cargo. Y es que sabe mucho, y conoce los entretelones, tejes y manejes de una gestión que suele dejar los dedos marcados en cuanta irregularidad se lleve a cabo. La situación llevó al enfermero a encadenarse en Grand Bourg durante días, realizando una huelga de hambre.
Tras la fuerte protesta, el hombre fue invitado a negociar. Le prometieron de todo, y le pidieron silencio. El enfermero jamás tranzó. Esto significó que siga destinado a una salita. Una vergüenza enorme para una provincia que carece del personal de salud necesario para destrabar el embudo en el que está inmersa.
Márquez hoy aun espera que se lo reconozca, como también que se investigue lo que sucede en el hospital Señor del Milagro, allí donde también, según sus propias denuncias, el curro de la sobre facturación de horas guardia está a la orden del día. Al igual que en Joaquín V. González.
Marina Guanca y Ricardo Márquez son parte de lo mismo. Funcionarios de planta permanente que cometieron el peor de los errores dentro del gobierno provincial, trabajar correctamente y vigilar que no existan robos al estado. Ahora están pagando el precio de hacer bien las cosas en una provincia en la que muere un niño desnutrido o deshidratado cada un día y medio. La corrupción no perdona.