En un cambio que impacta directamente en la vida nocturna de la ciudad, la Municipalidad de Tartagal estableció, a través de una nueva ordenanza, que los locales bailables podrán operar hasta las 6 de la mañana.
Esta medida deroga las restricciones impuestas por las normativas anteriores, que incluyeron limitaciones aplicadas durante la pandemia y la normativa vigente desde 2008, que restringía el horario de cierre de estos establecimientos.
Hasta ahora, la regulación de los horarios de los boliches en Tartagal estaba regida por una ordenanza de 2008 que limitaba su funcionamiento, a la cual se le sumaron restricciones más estrictas durante la pandemia por COVID-19. La reciente medida, que permite a los locales nocturnos funcionar hasta las 6 AM, representa una flexibilización significativa de estas restricciones, y podría cambiar el panorama de la actividad nocturna en la ciudad.
La medida generó opiniones encontradas en la sociedad tartagalense. Por un lado, sectores empresariales y del entretenimiento celebran la flexibilización del horario, argumentando que esta ampliación permitirá un mayor dinamismo económico, favoreciendo tanto a los locales nocturnos como al turismo en la ciudad. Según algunos empresarios, la nueva normativa contribuirá a una mayor afluencia de público y al desarrollo de la actividad nocturna, un sector que se vio limitado en los últimos años.
Por otro lado, existen preocupaciones en sectores de la comunidad sobre los posibles efectos de la nueva medida. Vecinos y algunos referentes comunitarios temen que el horario extendido pueda incrementar los incidentes de violencia en la vía pública, el consumo desmedido de alcohol y otros problemas relacionados con la seguridad y el orden público. El debate se ha centrado en la posible necesidad de medidas adicionales para garantizar que esta nueva normativa no derive en situaciones de riesgo o desorden social.
Con la entrada en vigencia de esta nueva disposición, los boliches de Tartagal comienzan a adaptarse al nuevo horario, mientras la ciudad observa con atención cómo esta flexibilización afectará a la vida nocturna y a la convivencia social.
