Quién no degustó alguna vez las exquisitas empanadas de El Farito?.
Para los que pasamos las cuatro décadas, era una sana costumbre hacer un alto durante el mediodía para saborear esas delicias que hacía Don Edmundo Herrera, a quien hoy nos toca despedir.
El Farito era un emblema salteño, tenía su puesto en la calle Caseros casi esquina Buenos Aires. Era chiquito, pero acogedor. Ahí se sabían juntar con Nito (tal el apodo de Don Herrera) los grandes poetas salteños, entre ellos el Cuchi Leguizamón, a degustar esas empanadas jugosas. Justamente, Nito fue el ideólogo del busto en homenaje al gran Cuchi. Está justo donde se inauguró hace 50 años El Farito, y que hoy es un lindo recuerdo para los salteños.
El Farito cerró sus puertas en el 2016, seis años después se va Don Edmundo Herrera, quien seguramente ya estará comiendo empanadas y contando anécdotas con su amigo el gran Cuchi Leguizamón.