ROGELIO NERÓN, trasunta la pérdida de su hijo. Un embarazo con complejidades médicas, llevó a su esposa a esta situación luctuosa.
El líder wichí, acompañando a su familia, como todo un estoico guerrero indígena dio sepultura a su bebé, en estas escenas que se repiten en el Chacosalteño. Un pequeño cajón, entra en la tumba cavada por las propias manos de su comunidad. Así, unido a su pueblo en igual dolor que el padecido por tantas madres y padres de las comunidades indígenas y en silencio, Nerón despidió, la breve vida de su vástago.
La lucha continúa por los derechos de todos los niños del pueblo más pobre del país, con un intendente herido, golpeado, triste que se erige desde una cruel realidad de la pobreza para lograr junto a los suyos, la vida digna que merecen los Pueblos Originarios.