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Felicidad no tienes dueño: los mitos acerca de este estado idealizado

Esta meca del bienestar suele encerrar planteos equivocados. Es cada vez más estudiada por la neurociencia y objeto de cursos universitarios. El tradicional Informe mundial de 2025 consagra a Finlandia como el país más dichoso.

Felicidad no tienes dueño: los mitos acerca de este estado idealizado

" Felicidad, no tienes dueño. Hoy conmigo y mañana por allá. Felicidad, parece un sueño que de a ratos se convierte en realidad", cantaba la sabiduría popular de César "Banana" Pueyrredón. Ese estado tan esquivo como idílico es un propósito para muchas personas. Una meta hacia la que se camina entre tropezones, sin conocer del todo qué implica. Son muchos los mitos en torno a este concepto de contento superlativo.

 

"Desde tiempos primordiales los seres humanos han buscado la dicha. En torno a ese sentimiento bien interno, bien visceral, se construyeron representaciones. La felicidad se ha convertido en la "meca" de los significantes. El ser humano intentó llenar ese significante con diversos contenidos: sabiduría, salud, bienestar económico o el espiritual en la diversidad mística en relación a lo sagrado", explica el Licenciado Daniel Omar Antar, Psicólogo y Miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), autor de Acerca de la felicidad. Del Placer al bienestar.

De todas formas, el especialista destaca: "Lo importante quizá sea subrayar que ese significante, el de la felicidad, parece expresar un sentimiento del orden de lo inefable que el ser humano puede, eventualmente, de tanto en tanto experimentar que ha logrado, un poco más, un poco menos.  Claramente se articula a un sentir que la vida como vida humana, puede trascender la dimensión meramente vegetal o veterinaria. Se trata del vivir con sentido".

El interés por el tema generó que los talleres sobre felicidad que se imparten en varias prestigiosas universidades, como Harvard, son altamente demandados. Arthur Brooks, el responsable del curso en esa casa de estudios de EEUU mencionó alguna vez una ecuación: "La mitad de tu felicidad es genética y una cuarta parte es circunstancial, más o menos. Pero tus hábitos son clave porque te proporcionan directamente el 25%. También pueden cambiar tus circunstancias. Y, de hecho, pueden ayudarte a gestionar tu genética".

Finlandia, el país más feliz

El Reporte Mundial de Felicidad difundió su tradicional informe anual sobre los países más dichosos y el ranking volvió a estar liderado por Finlandia. El resultado fue revelado ayer en ocasión del Día Mundial de la Felicidad. El informe es una colaboración entre Gallup, el Centro de Investigación del Bienestar de Oxford, la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y un consejo editorial.

Por octava vez consecutiva, esa nación encabeza la lista y comparte el podio con otras tierras nórdicas como Dinamarca, Islandia y Suecia. "Los países nórdicos siguen beneficiándose de sistemas de salud, educación y apoyo social universales y de alta calidad. La desigualdad en el bienestar también es baja", afirmó Ilana Ron-Levey, directora general de Gallup. Finlandia, Dinamarca, Islandia y Suecia, los cuatro primeros, permanecen en el mismo orden que en 2024. Y Noruega vuelve a ser el número 7.

Los Países Bajos (puesto 5), Israel (puesto 8) y Luxemburgo (puesto 9) también integran el top 10.

Una celebrada novedad es que hay dos países de América Latina entre los diez primeros. Se trata de Costa Rica en el puesto 6 y México en el 10.  Los residentes de ambos países tienen "fuertes redes sociales y fuertes percepciones sobre la dirección de su economía y confianza en sus líderes e instituciones", dijo Ron-Levey. Algunos de los que mejor clasificaron de la región fueron Uruguay, que se ubicó en el puesto 28, Brasil en el puesto 36 y El Salvador en el 37. Argentina quedó en el lugar número 42.

El contexto socioeconómico, está claro, tiene impacto. "Es imposible subestimar la importancia de la situación económica como condición basal para vivir una vida más dichosa. Las condiciones precarias inevitablemente mueven los cimientos de un básico nivel de seguridad en tanto zócalo desde el que construir un proyecto creativo; condición esta elemental en el armado de lo que en otro lugar he denominado 'felicidad estructura", puntualiza Antar.

 

Finlandia volvió a encabezar el ranking de países más felices 

Finlandia volvió a encabezar el ranking de países más felices 

 

Una ciencia se abre paso

En el último tiempo, la neurociencia fue ganando protagonismo en el estudio de la felicidad y varias investigaciones dan cuenta de esta avanzada.  La Licenciada en Psicología María Consuelo Veliz, miembro del Departamento de Psicoterapia Cognitiva de INECO, explica que esto es porque permite comprender los mecanismos cerebrales que influyen en el bienestar. "Gracias a avances en neuroimagen, se ha identificado el papel de la corteza prefrontal en la regulación emocional, así como la influencia de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina en la motivación y el estado de ánimo. Además, se ha demostrado que el cerebro es altamente plástico, lo que significa que ciertas prácticas, como la gratitud y la meditación, pueden fortalecer circuitos asociados a emociones positivas", indica.

Otro hallazgo clave, según la especialista, es la relación entre el estrés y la felicidad. La exposición prolongada al estrés puede deteriorar las conexiones entre las neuronas, especialmente en regiones del cerebro involucradas en la regulación emocional y la toma de decisiones, como la corteza prefrontal. Como consecuencia, puede volverse más difícil manejar las emociones y tomar decisiones apropiadas en contextos de alta tensión. "Por otro lado, se ha comprobado que el contacto social positivo estimula la liberación de oxitocina, reforzando los vínculos afectivos y promoviendo una sensación de seguridad y satisfacción. Estos descubrimientos han permitido desarrollar estrategias basadas en la evidencia para fomentar el bienestar y mejorar la calidad de vida", agrega.

Las trampas

Al abordar las falsas creencias en torno a la felicidad aparecen los antónimos. "Es absolutamente claro desde una perspectiva psicológica, que las vías conducentes a la 'producción' de un estado de felicidad son: primero, desmitificar que la vida puede ser sin conflicto y sin sufrimiento; segundo, entender que pretender administrar esos conflictos, es aprender a gestionar nuestras emociones para permitir una vida mejor", subraya el profesional de APA.

Por su parte, Veliz indica que los mitos pueden generar expectativas poco realistas y, en algunos casos, llevarnos en la dirección opuesta a una vida valiosa. "Uno de los más extendidos es la idea de que ciertos logros personales o materiales garantizan un bienestar duradero. Muchas personas creen que casarse, alcanzar el éxito profesional o ganar mucho dinero serán suficiente para sentirse felices de manera permanente. Sin embargo, hay investigaciones que señalan que la satisfacción asociada a estos hitos suele ser pasajera. Con el tiempo, las personas tienden a regresar a su nivel habitual de felicidad, un fenómeno conocido como 'adaptación hedónica", dice.

Menciona como otro mito muy difundido la creencia de que la felicidad es el estado natural del ser humano, que basta con tener las necesidades biológicas cubiertas para sentirse plenamente feliz. "En realidad, nuestro estado emocional es dinámico y está en constante cambio. Las emociones cumplen una función adaptativa: en una situación amenazante que requiere una reacción rápida, es natural experimentar ansiedad, del mismo modo que la tristeza nos permite procesar pérdidas y el enojo nos impulsa a defendernos ante una injusticia", puntualiza.

No hay recetas para ser feliz, pero hay herramientas y actitudes que ayudan. Además de la terapia, el Licenciado Antar señala que "todo aquello que implique intercambio emocional a través de la vía lúdica y creativa en el trabajo, en el deporte, en el juego y el arte, constituyen grandes canalizadores emocionales y fundamentalmente de vínculo, al tiempo que un gran barómetro para sopesar nuestras dificultades en el camino hacia la dicha".

Al igual que él, Veliz sostiene que es erróneo pensar que la felicidad implica la ausencia de tristeza: una vida plena incluye tanto alegrías como desilusiones y pérdidas. "Para acercarnos a una idea de bienestar más realista, es clave replantear nuestra concepción de la felicidad. Más que un estado de alegría constante, la felicidad puede entenderse como una vida rica, plena y con sentido. Esto implica actuar en función de lo que realmente valoramos, avanzar en direcciones que consideramos valiosas y tener claridad sobre lo que nos importa. Es importante reconocer que una vida con sentido no está exenta de malestar", concluye la experta.


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