"Las apariencias engañan", advierte una antigua frase popular que tiene su fiel reflejo en la provincia de Formosa. Mientras el gobernador Gildo Insfrán asegura que el sistema de salud formoseño es el mejor del país, habitantes de las localidades del oeste provincial viajan a Salta para recibir atención médica, ante la precariedad de los centros asistenciales locales.
"Esta situación es constante", detalló el doctor Fabián Firman, que comenzó a recorrer el territorio formoseño para interiorizarse sobre que sucede en las comunidades de María Cristina, Lote 8, San Miguel, Quebrachito, Breal y Santa Teresa. En cada uno de estos puntos tiene lugar la fuga de pacientes hacia el Hospital de Alto de la Sierra, en la provincia de Salta. A ese establecimiento sanitario acuden diez formoseños por día, transitando entre 30 y 60 kilómetros para ingresar al distrito vecino, y sorteando caminos deteriorados en su gran mayoría.
"Cuando los hermanos tienen un problema de salud, acuden a alguna sala de su zona, pero son derivados a Ingeniero Juárez, donde no les dan soluciones y los mandan a su domicilio sin ser atendidos correctamente. Esto es lo que impulsa a los habitantes originarios a acercarse a los hospitales de Salta", dijo Firman.
En referencia a ello, el mencionado médico enfatizó que "la gente confía más en la salud de Salta porque en su pueblo no tienen un hospital con recursos, personal suficiente y atención en todas las especialidades". Sus afirmaciones contradijeron las declaraciones del gobernador Insfrán, que calificó al sistema de salud formoseño como el mejor del país. Sin embargo, Firman reveló que "hemos visto centros de salud con paredes de barro, sueros colgados en esas paredes, sin médicos ni enfermeros".
Un panorama desolador que refleja las postergaciones que padecen los pueblos originarios del oeste formoseño. Por esta razón, hay adultos mayores que reconocen no haber visitado un médico en toda su vida, por no saber dónde acudir ni tampoco disponer de recursos para trasladarse.