En la última sesión el Concejo Deliberante capitalino aprobó medidas municipales de protección municipal contra el ruido. Las multas en caso de infracción oscilarían entre los 5 mil a los 100 mil pesos.
El Código de Protección Acústica establece pautas para prevenir, controlar y corregir la contaminación acústica que afecta a la salud de las personas como al ambiente.
El marco normativo, que deberá ser promulgado por el Ejecutivo municipal, contempla la protección contra ruidos y vibraciones provenientes de fuentes fijas y móviles y la regulación de las actuaciones municipales.
Para el cumplimiento de las normas y la aplicación del código, la Intendencia deberá contemplar la asignación del correspondiente presupuesto.
Las multas, que deberán ser aprobadas por el cuerpo deliberativo, se fijarán de acuerdo a la infracción y según el daño ambiental.
La ordenanza contiene siete títulos con disposiciones generales y en relación con las inmisiones (proyectan consecuencias negativas) y las emisiones acústicas.
Además, con respecto a la prevención de la contaminación, los instrumentos económicos e inspecciones y sanciones.
Durante el debate en el recinto se calificó al código como una herramienta necesaria y se instó a su aplicación y cumplimiento.
El concejal José Gauffín señaló en el recinto que el objetivo de su iniciativa es la de "cuidar la salud de los vecinos y hacer un cambio cultural".
Explicó que la norma prevé acciones para medir el sonido o ruido que reciben los vecinos en el interior de sus viviendas y que, además de ser novedoso, es algo que está en la legislación de muchas ciudades del país. En esos ámbitos se han fijado también máximas de acuerdo con banda horaria diurna y nocturna para ser estrictos en la protección de las horas de descanso.
Todos los locales bailables o salones de eventos serán controlados por inspectores que contarán con equipos que les permitirá medir el sonido durante todo el evento, y al finalizar podrán conocer, a través de un software, si cumplieron con la normativa. La autoridad de aplicación tendrá un plazo de un año para definir un plan permanente en materia de ruidos y vibraciones.
Este plan será revisado y actualizado a partir del establecimiento de los Estándares de Calidad Acústica (ECAs). Según consignó diario El Tribuno.
Los niveles de evaluación sonora y los valores límites máximos permisibles deberán establecerse en un máximo de 270 días. La norma también prevé una regulación para las fuentes de ruidos molestos de carácter transitorio y determina los períodos horarios para aplicación y control.