A veces, la mejor manera de demostrarle a tus mascotas que las amas, aparte de brindarles seguridades básicas como alimentarla y mantenerla sana, es jamás abandonarlas. No importa si tenes que mudarte o si simplemente tus hijos ya no las encuentran divertidas, un animal jamás se abandona.
En este sentido, conocimos la historia de un salteño, llamado Orlando Orquera, quien vivió en Río Gallegos más de una década y que tras un pedido de sus cuatro hijos –tres nenas y un varón- decidió pegar la vuelta al pago, su lugar. Ahí surgió un gran interrogante como trasladar a la otra mitad de la familia: dos perros raza pitbull y una gata.
Lo más rápido y sencillo fue acudir a una aerolínea, pero a pesar del elevado costo, no aceptaron trasladar a sus mascotas por tratarse de una raza peligrosa, “peligrosa porque no los conocen, son 3 barras de mantecol”, según nos relató y ¿entonces? abandonarlos, regalarlos o dejarlos en un refugio, para la familia Orquera no era opción.
"Me dijeron que raza peligrosa no iba. Hablé con mi señora y me dijo que habrá que regalarlos, estuvimos días sin dormir. Un día me dormí y cuando desperté, dije que a los perros ni la gata la vamos a abandonar", ahí arrancó la aventura.
Orlando Orquera junto a sus mascotas
Cruzar el país no es para cualquiera
Sin automóvil y solo con una moto de baja cilindrada, atreverse a cruzar el país parecía algo épico, pero quien alguna vez no hizo algo loco por amor, y en este caso, por la familia, por esos de cuatro patas, que siempre te sacan una sonrisa y que jamás te juzgaran por nada. La aventura valía la pena y así arrancó el arriesgado viaje.
Para tener en cuenta, Río Gallegos se encuentra a más de 3400 km de nuestra provincia, lo cual de entrada representa un reto súper difícil para cualquiera, más tratándose de una moto –de baja cilindrada-, tres animales y una temperatura por sectores de 2 grados bajo cero, sin olvidar que la zona se caracteriza por tener vientos fríos arriba de los 100 km/h.
Lo primero fue construir un carro que pueda ser tirado por la moto, donde puedan viajar los animales. Para eso, vecinos colaboraron y junto a Orlando, armaron un tráiler o remolque de un tacho de metal, algo que resultó súper cómodo y acogedor. Lo segundo era ver a donde hacer noche, ya que es un viaje de al menos 7 días, es fundamental dormir seguros y mantener el cuerpo caliente, para lo que consiguió una carpa y un caloventor.
La moto, la ruta y la aventura
A la ruta, con miedo, pero con el amor como bandera
Como un acto de amor, así hemos calificado el esfuerzo y dedicación de Orlando, por trasladar a sus animales por más de siete días de viaje. Agenda/Salta diálogo con el protagonista quien nos relató desde algún lugar en el camino: "Salí el domingo a las 6 de la tarde de Río Gallegos, porque el lunes no se iba a poder, estaba pronosticado agua nieve, entonces salí a esa hora y llegue a 9 de la noche a Piedra Buena, estuvimos en un camping, hacia -2°, pero yo llevo un alargador y un calefactor chiquitito".
La segunda noche de viaje no fue tan sencilla, ya en Fitz Roy, localidad del departamento Deseado en la provincia de Santa Cruz, no encontró camping y tuvieron que dormir al costado de una estación de servicio, sin luz y sin poder usar el pequeño calefactor que los mantiene calientes. Según nos relató Orlando, pasaron un “friazo”.
No solo el frío y el viento es un obstáculo para los Orquera en el camino, ya que, rumbo a Comodoro Rivadavia, surgió un gran inconveniente: “Sentí un ruido en el carro y frené, noté que se rompió una cruceta de una chaveta que le habíamos puesto, y tuve que desenganchar porque ya no se podía andar”.
Es una realidad que donde haya personas en problemas, siempre habrá gente de bien, dispuestos a ayudarlos y es lo que le ocurrió a Orlando: “mientras desganchaba, se acercó gente, entre ellos un hombre, quien a su vez llamó a otro amigo y en una camioneta cargaron el carro, me llevaron a su casa, me dieron un plato de comida caliente y un café”.
No todo terminó ahí, según relató: “Me llevaron a un taller de un Catamarqueño, y charla va, charla viene, me hizo un trabajo extraordinario”, lo mejor de esto es que no le cobro absolutamente nada. Saludo grande a los vecinos del lugar y al Catamarqueño, que ayudaron desinteresadamente a un Salteño en el camino, que la recompensa sea inmensa.
Ya en la ruta de nuevo junto a sus mascotas, la travesía ahora era llegar a Comodoro Rivadavia, con vientos en el camino de 90 km/h, hecho que consiguió y así nos contó su experiencia: “Salí de nuevo tarde, y llegué a Comodoro a la noche, allí Mabel Arias, quien es de la localidad de Los Toldos, me recibió con milanesas de pollo, pude enchufar mi calefactor, así que dormimos calentitos en la carpa, junto a mis mascotas”.
Los perros, junto a la gata en la carpa. La gata no aparece porque esta tapada hasta la cabeza
Nuevo día, nuevo problema
Ya con la salida de febo en el horizonte de Comodoro, todo parecía que subirse a la ruta sería cosa sencilla, pero no fue así: “Fui recibido por la familia Montaña, de aquí de Rivadavia”, nos contó Orlando, ya que se le rompió la moto: “Estoy en la casa de ellos, hace 2 días, porque se me rompió la moto”.
Ya con el feriado largo encima, era muy probable que tuviera que quedarse hasta el martes, pero esa no era una opción, ya que al tener a sus mascotas fuera de su casa y lejos de sus hijos, los animales están nerviosos e incomodos, pero por suerte, consiguió un taller que le pueden solucionar el problema para continuar viaje.
Así no relataba su alegría por encontrar un taller que le aseguraba solucionarle el problema: “encontré un taller, que me dijeron que se iban a quedar de corrido para arreglarme la moto, ya que me mañana es feriado, estoy feliz”.
Hoy ya 17 de junio, mientras en Salta, le rendimos honor a nuestro máximo héroe, el Gral. Martín Miguel de la Mata Güemes, por los 201° años, de su paso a la inmortalidad, con actos, desfiles y el recuerdo orgulloso de todos, Orlando se encuentra ya en Trelew, en la casa de una familia amiga, que lo acogio a él y sus mascotas. Buena ruta, y que dios te acompañe.
Estaremos pendientes de esta aventura, y te la contaremos hasta el final, donde un padre de familia, salteño como vos y yo, realiza un viaje complicado, en medio de un frío tremendo, por amor a sus mascotas.