Los bingos, las ampliaciones del edificio y ahora los registros de trasplantes dan cuenta de que el hospital Arturo Oñativia, de referencia para pacientes diabéticos y obesos, se afianza en la medicina pública de la provincia.
Durante el 2022 el hospital realizó 38 trasplantes renales, mientras que para el año anterior, el 2021, se realizaron 28. En tanto, durante enero se realizaron 6 intervenciones, cifras que el gerente del nosocomio, el médico Marcelo Nallar, destacó y aseguró que "supera los realizados en hospitales referentes de Buenos Aires".
La mayoría de las personas trasplantadas son carenciadas, sin obra social, motivo por el cual se destacó que estas intervenciones son "inclusivas" .
Nallar resaltó el hecho de que estos pacientes, una vez trasplantados, puedan volver a recuperar su calidad de vida y tener una vida normal, regresando a sus ámbitos sociales y laborales. "De otra forma no sería posible", aseveró.
Los tiempos de espera son administrados a nivel nacional por el Incucai, y se da prioridad a las personas "más jóvenes", que en este caso son pacientes con insuficiencia renal crónica, aunque la intención del hospital es, además, ampliar a trasplantes de páncreas.
En tanto, respecto a que el nosocomio levante su vara cada vez más, el médico aseguró que se debe a que es el resultado de un trabajo "público/privado" que se logra mediante el equipo Trasplante Renal Salta, en el que algunos profesionales trabajan en la salud pública y otros en el sector privado. El equipo está integrado por profesionales, técnicos y coordinadores.
"Hacerlo 100% público es casi imposible, ya que requiere las 24 horas de atención los 365 días del año, cuando surge un órgano", explicó Nallar sobre los tiempos que demanda cada intervención. Cada ablación requiere un trabajo previo, con los estudios de compatibilidad, además de quienes trasladan los órganos donados, quienes lo recepcionan y realizan la compleja intervención, y el equipo que realiza el seguimiento al paciente.
En cuanto a esta última etapa, el médico destacó su importancia, ya que es la que garantiza el éxito de todo el trabajo previo. "De nada nos sirve realizar trasplantes si después no se los sigue, no se les da los imunosupresores, que de no hacerlo tienen el riesgo de perder el órgano y volver a diálisis. Son pacientes con complicaciones posoperatorios, con internaciones, muchas veces prolongadas, y en algunos casos de alto costo. Cualquier institución que pretenda realizar un trasplante de órganos, sea el que fuese, tiene que tener en cuenta el seguimiento", explicó el médico.
Aceitar esta etapa de seguimiento permite además que los trasplantes realizados en otras provincias puedan tener también el correspondiente seguimiento. El tener un equipo conformado, se destacó, permite poder sacar el mayor provecho a cada posible donante de órganos. "Si uno no tiene al equipo listo para realizarlo pueden surgir muchos órganos, pero pueden no ser aprovechados en un 100%", advirtió el médico, quien aseguró que es imposible nombrar a una sola persona ante un equipo que hace un trabajo tan "complejo" y "movilizante".
También se señaló que los pacientes dializados bajaron de 100, promedio común del hospital, a 85.
Obesidad
El nosocomio se especializa en atender pacientes diabéticos y obesos y desde que comenzó a ceder la pandemia por COVID-19, comenzaron a advertir que las patologías crónicas fueron desatendidas -por los pacientes- durante aquel crítico período. "Los daños colaterales son mucho más serios que la pandemia en sí. Es todo un grupo de enfermedades crónicas no transmisibles que han sido descuidadas por los pacientes, como los trastornos alimentarios, diabetes, cardiopatías, patologías oncológicas", advirtió Nallar. Por este motivo se trabaja en identificar a esos pacientes, para tener un diagnóstico temprano y reencauzarlos en sus tratamientos abandonados. Entre ellos, los pacientes diabéticos están volviendo "de a poco". En tanto, preocupa la cantidad de personas con sobrepeso y obesidad.
Con los bingos que realizó el nosocomio se pudo ampliar algunos servicios y añadir otros. La semana entrante se terminará el acceso a la guardia y se avanza en las gestiones con los ministerios de Salud e Infraestructura para terminar la sección de urgencia e inaugurarla en los próximos meses.
Piden dejar de controlar a médicos por horarios
Luego del parto en la vereda del hospital Papa Francisco por negarle la atención a una paciente, por "no tener especialistas", el debate sobre la distribución de los recursos humanos se puso sobre la mesa. Si bien se advirtió que ningún centro médico, ni público ni privado, puede negar la atención a un paciente ante riesgo de vida, el ministro de Salud, Federico Mangione, indicó que avanzará en las gestiones necesarias para que los contratos del personal sanitario sean por especialidad y no por hospitales. "De esta manera, si falta recurso humano en un lugar se puede derivar a otro", argumentó. La iniciativa tiene apoyo de la gerencia del hospital Oñativia.
Marcelo Nallar es uno de los gerentes de hospitales públicos que desde hace tiempo pide un cambio en la gestión de los recursos humanos para mejorar las atenciones. "Estamos esperando un mejor sistema de control médico, que se actualice y abandonemos el viejo sistema de control por horarios y empecemos a trabajar por objetivos. Necesitamos saber quiénes son los que no llegan a cumplir sus objetivos en su lugar de trabajo, y aquel que no los cumpla, o que pueda desempeñar mejor su tarea en otro lugar, sea redistribuido", explicó.
Al tiempo que insistió con que en el sistema por horarios no se puede saber esto. El médico agregó que "nadie se tiene que sentir subestimado por ir a trabajar al Papa Francisco. Tenemos que entender que los empleados del Ministerio de Salud tienen que estar donde la gente necesita".
