La Organización Panamericana de la Salud (OPS) lanzó una nueva alerta epidemiológica ante el fuerte incremento de casos de fiebre amarilla en América. Entre enero y el 22 de marzo se confirmaron 131 casos humanos, más del doble de los registrados durante todo 2024. Las autoridades sanitarias temen una posible expansión del virus hacia zonas densamente pobladas.
Según los datos oficiales, la enfermedad causó 53 muertes en lo que va del año. En todo 2024 se habían notificado 61 casos, con 30 fallecidos.
Qué es la fiebre amarilla
La fiebre amarilla es una enfermedad viral transmitida por mosquitos que puede ser letal. Su periodo de incubación va de 3 a 6 días y puede provocar fiebre, dolor muscular intenso, náuseas y vómitos. La mayoría de los casos se detectó en personas no vacunadas.

El mosquito que la transmite es el Aedes Aegypti
Fiebre amarilla: qué se sabe del brote actual
El brote presentó un comportamiento inusual: se detectaron contagios fuera de la región amazónica, históricamente afectada. Colombia reportó casos en Tolima, una zona sin antecedentes recientes de transmisión, donde actividades como la agricultura aumentan el riesgo de exposición al virus.
En Brasil, el estado de São Paulo confirmó 34 casos y 19 muertes, lo que encendió alarmas debido a su cercanía con centros urbanos muy poblados. Esta situación elevó la preocupación por un posible brote de gran escala.
Los países afectados hasta ahora son:
- Bolivia (1 caso, 1 muerte)
- Brasil (81 casos, 31 muertes)
- Colombia (31 casos, 13 muertes)
- Perú (18 casos, 8 muertes)
Cuáles son las recomendaciones
Frente al panorama actual, la OPS instó a intensificar la vacunación en zonas de riesgo, con una cobertura superior al 95%. También recomendó revisar las reservas de vacunas, implementar planes de respuesta rápida ante brotes y asegurar que los viajeros a áreas endémicas estén informados y protegidos.
La vacunación sigue siendo la herramienta más efectiva para prevenir la enfermedad y evitar una crisis sanitaria mayor en la región.