El conurbano bonaerense es terreno fértil para lo insólito y alimenta a la tevé de historias mínimas de disputas vecinales que hasta pueden resultar increíbles. Pero a veces, una imagen dice más que el relato. En las últimas horas se conoció la denuncia de un hombre que, según aseguró, empleados de la municipalidad de Avellaneda la tapiaron la puerta del lugar donde vivía y ahora quedó encerrado, allí, con su familia, durante 36 horas.
La imagen fue tan gráfica que el denunciante, en diálogo con un móvil de tevé, se mostró a través de un agujero que hizo en el muro que le construyeron, mientras se rehusó a salir de ese sitio. Y allí quedó, atrapado, entre altas paredes.
Fue en la calle Avenida Mujeres Argentinas al 2.400, en Sarandí, debajo de un puente por donde pasa el tren, obreros de la municipalidad trabajaban en la puesta en valor del espacio público y estaban diseñando una plaza.
Es en este contexto que, a unos pocos metros de allí, José Luis Fernández denunció ante un móvil del canal A24 que esos obreros fueron a tapiarle la puerta con ladrillos y cemento por orden municipal.
La imagen fue realmente inédita: rompió parte del tapón de concreto para que le pasaran comida y poder hablar con el exterior. Dijo estar junto a su mujer, su hermana y sus dos sobrinos, de 11 y 12 años.
Pasadas las 18, debido a la exposición mediática del caso, llegaron trabajadores del municipio y demolieron los ladrillos y el cemento con una maza.
"Gracias a Dios se hizo justicia y vinieron a liberar la puerta. Ahora estoy un poco más tranquilo. No pudimos ir a trabajar y corremos el riesgo de perder nuestros trabajos", explicó, ya desde afuera del atrincheramiento obligatorio.
Antes de la liberación había contado cómo fue el caso y se sucedieron los hechos.
"Ayer (por el martes) vino gente del municipio y nos dijo que iban tapiar la puerta porque daba a la plaza. Y que nosotros teníamos que hacer una salida al fondo, pero no tenemos. El municipio sigue sosteniendo que acá hay salida y no la hay. Tampoco la quiso corroborar", denunció.
"Del otro lado tienen salida los departamentos, pero nosotros no. No hay forma. Si quiero hacer una salida atrás tengo que romper las casas de los vecinos", explicó la situación. "Les dije: 'Si tapiás, nos quedamos encerrados' y me contestó 'no es mi problema'", continuó.
Según contó, él vive allí desde hace tres años, pero la puerta que bloquearon está en el lugar desde hace mucho más tiempo. "Ahora la quieren tapar porque van a hacer una plaza", reiteró.
Además, dijo que hicieron el agujero para les pasen comida y que no pueden salir porque el muro de la casa es muy alto, de unos seis metros. "Tampoco vamos a estar saltando como delincuentes un muro, es injusto", aseguró.
Según el hombre, el caso está en manos de abogados. "Ya hicimos una denuncia y vamos contra el municipio por lo que hicieron", contó, y dijo que las denuncias a funcionarios de obras públicas son por privación ilegítima de la libertad, por incumplimiento de los deberes de funcionario público y amenazas.
Una situación irregular
Por si todo esto no suena lo suficientemente delirante, a la historia se le suma una prima de Fernández que, desde afuera, dijo que esa casa era de su padre.
Aseguró que, si bien son "terrenos fiscales", ellos pagaban "un canon" y catastro para usufructuar ese lugar.
"Es mi casa, tengo los planos hecho por un estudio de arquitectos y está al nombre de mi padre. Son terrenos fiscales, cada uno de los vecinos tiene sus planos. En su momento se estaba pagando un canon. Nadie está usurpando nada", declaró Sara.
"No entiendo por qué la municipalidad interviene ya que presenté esto con anterioridad", se quejó, pero no mostró ningún papel que acredite que los terrenos eran suyos.
Según declararon a la prensa, la propiedad tiene 140 metros cuadrados, con patio, planta baja y primer piso, dos dormitorios en la planta alta y una terraza.