Pese al relato kirchnerista, el valor real de las jubilaciones se deterioró sistemáticamente desde que Sergio Massa tomó el control del Ministerio de Economía. La fórmula previsional del oficialismo que no se actualiza automáticamente por inflación si no que requiere de subas arbitrarias y bonos del Estado diezmó el poder adquisitivo de los jubilados y pensionados.
La última actualización del haber mínimo lo llevó a los $87.460 a partir del mes de septiembre. Por sobre este ingreso, se añadió un bono consolidado de $37.000 que llevó el umbral total hasta los $124.460, alrededor de 130 dólares valuado al tipo de cambio paralelo a la fecha de publicación de esta nota.
Con estos valores y aún con los bonos adicionales, el poder de compra real de las jubilaciones prácticamente no sube desde el año 2019, e incluso viene perdiendo sistemáticamente contra la inflación desde julio del año pasado.
El poder de compra real de las jubilaciones prácticamente no sube desde el año 2019
De hecho, el promedio móvil de los últimos 12 meses para la jubilación real se encuentra 2,7% por debajo desde que Massa asumió el ministerio de Economía, por lo que efectivamente los jubilados ganan menos con el kirchnerismo. Los bonos indujeron a sucesivos repuntes del poder de compra, pero rápidamente fueron consumidos en cuestión de días por el brutal aumento de los precios.
La tasa de inflación minorista se disparó del 71% a casi el 150% en la gestión Massa, según la estimaciones más recientes de la consultora Orlando Ferreres para el cierre del mes de octubre.
Sin una estabilización concreta y perdurable, las actualizaciones nominales tienden a ser consumidas por el estallido de los precios, sin ninguna posibilidad de mejora real para los jubilados. Solo se paga una mayor cantidad de pesos que pueden comprar cada vez menos bienes y servicios a fin de mes.
Bajo la gestión centralizada del Estado al frente del sistema previsional, el haber mínimo sufrió una caída descomunal del 22% desde diciembre del año 2013, a la par del proceso de estanflación que la economía sufre desde entonces.
El kirchnerismo estatizó el sistema jubilatorio en 2008, bajo la tutela de Alberto Fernández como jefe de Gabinete, con Cristina Kirchner de presidente y del propio Sergio Massa como director del ANSES, prometiendo una supuesta recuperación del poder adquisitivo de los jubilados, que nunca ocurrió.
Al día de hoy, 15 años después, los haberes no alcanzan ni el umbral mínimo de 150 dólares que registraban en la década del 90. Los jubilados fueron reducidos a una situación de subsistencia, dependientes de la dádiva estatal del kirchnerismo.
Cabe señalar que los aumentos que dio Massa a través de bonos tienen un carácter completamente discrecional, y no existe ninguna ley ni ninguna garantía que obligue al Estado a reconocer esos bonos por tiempo indefinido (no forman parte de la fórmula previsional). Esto funciona como un chantaje contra los jubilados, buscando torcer voluntades y votos a cambio de mantener los bonos, como si fuera una relación feudal.