Maximiliano Sánchez inició las clases esta semana en que la Sede Tartagal de la Universidad Católica de Salta. Maxi es un joven mosconense que vivió y se crió en la comunidad originaria wichi.
Parece mucho tiempo pero desde que Maximiliano Sánchez fue ternado por la Fundación Varkey y la Unesco en el Global Student Prize, el reconocimiento mundial que resalta los esfuerzos de estudiantes extraordinarios, y del que participaron 3.500 postulantes de 94 países y llegaron a la final solo 50, han pasado solo dos años. En ese lapso, este muchachito que hoy tiene 19 años se entrevistó con el gobernador de la Provincia, Gustavo Sáenz; con el presidente de la Nación, Alberto Fernández, y de ambos mandatarios solo recibió elogios y la merecida ayuda para seguir adelante.
Pero Maxi volvió, siguió estudiando para egresar de quinto año del nivel secundario, siempre viviendo junto a los suyos en la comunidad wichi ubicada en Mosconi, a la vera de la ruta nacional 34.
Apenas regresó de Buenos Aires y siempre en respuesta a su innegable mérito y a su necesidad material -como les sucede a tantos chicos originarios que residen en el interior profundo de la Argentina y de Salta- el Gobierno provincial le hizo un reconocimiento otorgándole un puesto de trabajo en el Ministerio Público Fiscal, donde trabaja actualmente como traductor wichi, una labor fundamental y necesaria en un distrito judicial donde muchos de los expedientes y de las causas que se tramitan tienen como sus protagonistas a originarios del norte de Salta, de los departamentos San Martín y Rivadavia.
Esa posibilidad laboral lo obligó a inscribirse en el BSPA, para terminar el quinto año del que egresó el año pasado con las mejores calificaciones.
Si bien el fuerte de Maxi siempre fue la informática (trabajó mucho tiempo en una aplicación para traducir su lengua materna al español y hacerle más fácil la vida a sus hermanos wichi), su trabajo actual lo hizo desistir de seguir una carrera técnica en la Universidad Católica de Salta que le ofreció una beca total. Rodeado de expedientes judiciales en su día a día, como recordó el coordinador académico y responsable de la Sede Tartagal de la Ucasal, el ingeniero Héctor Enrique Álvarez: "llegó (el primer día de clases) con el doctor Esteban Andreu, quien lo acompañó, ya que está trabajando en un sector de la Defensoría".
Agregó: "En su momento, cuando fue nominado entre los 50 finalistas en el Global Student Prize como un joven destacado, la universidad lo invitó a Salta y le hizo la oferta. Una vez que egresó del nivel secundario él solicitó la beca que la universidad le ofreció mediante la respectiva resolución rectoral del Dr. Rodolfo Gallo Cornejo, más allá de que quien siempre llevó adelante la gestión fue el vicerrector administrativo, el Dr. Darío Arias".
Álvarez precisó que en el caso de la sede Tartagal, la carrera de Derecho se desarrolla "un ciento por ciento a distancia, de modo tal que los alumnos rinden todas las asignaturas de la carrera en Tartagal y se reciben acá mismo. La virtualidad ha ganado mucho espacio, por lo que se dictan clases sincrónicas en las que los alumnos están en contacto directo y en tiempo real con los docentes, además de que las clases les quedan grabadas. Pueden realizar las consultas mediante el foro y, particularmente en Tartagal como sede, contamos con una biblioteca física donde el alumno puede concurrir, solicitar la bibliografía y si no la tenemos, la requerimos a Salta; además el aula está siempre a disposición de todos ellos para que los alumnos concurran, estudien o se reúnan".
La sede norteña tiene la característica de que chicos originarios de diferentes etnias, como el propio Maxi, son o fueron alumnos de la Ucasal, "mediante las becas que otorga el IPPIS, ya que el programa de becas de esta universidad es bastante amplio. Contamos con otro sistema de beca de solidaridad institucional, abanderados para los que tienen excelencia académica, o becas solidarias. En el caso de Maxi, por estar trabajando en tribunales, seguramente recibirá el apoyo, el asesoramiento de mucha gente. En la tarde del día martes estuvimos trabajando con él para asesorarlo en el manejo del sistema, ya que las actividades académicas ya comenzaron. Conversamos un rato, lo noté muy entusiasmado y Dios quiera que tenga mucho éxito en el camino que comienza", expresó el ingeniero Enrique Álvarez.
Fuente El Tribuno
