Las monedas de 5 centavos con el escudo nacional son unas de las más populares y coleccionables de la numismática argentina. Estas monedas se acuñaron entre 1983 y 1994, con diferentes diseños y metales, y representan un período histórico y político muy importante para el país.
Sin embargo, no todas las monedas de 5 centavos tienen el mismo valor, hay algunas que son más raras y demandadas por los coleccionistas. Entre ellas, se destacan las que tienen el año 1992, que son las más valiosas de esta serie. ¿Por qué? Te lo contamos a continuación.
Las monedas de 5 centavos con el escudo nacional se emitieron por primera vez en 1983, durante la presidencia de Raúl Alfonsín. Estas monedas tenían un diseño sencillo y moderno, con el número 5 en el anverso y el escudo nacional en el reverso. Estaban hechas de una aleación de cobre y níquel, y tenían un diámetro de 17 mm y un peso de 2 g.
En 1985, se cambió el diseño de las monedas de 5 centavos, añadiendo una estrella sobre el número 5 en el anverso y una leyenda con el nombre del país y el año en el reverso. Estas monedas se siguieron acuñando con la misma aleación y medidas hasta 1989.
En 1990, se introdujo un nuevo diseño para las monedas de 5 centavos, con una imagen del sol de mayo en el anverso y una imagen del escudo patrio en el reverso. Estas monedas se acuñaron en bronce de aluminio, y tenían un diámetro de 18 mm y un peso de 2,5 .
En 1992, se produjo un cambio muy significativo en las monedas de 5 centavos, que afectó a su valor y a su rareza. Ese año, se acuñaron dos tipos diferentes de monedas de 5 centavos: unas en bronce de aluminio, como las anteriores, y otras en acero inoxidable. Las monedas de acero inoxidable tenían un diámetro menor, de 16 mm, y un peso mayor, de 3 g.
¿Por qué se acuñaron dos tipos diferentes de monedas de 5 centavos en 1992?
La razón fue que ese año hubo una escasez de bronce de aluminio para fabricar las monedas, debido a la crisis económica que atravesaba el país. Por eso, se decidió usar acero inoxidable como material alternativo, aprovechando los troqueles que se usaban para acuñar las monedas de 10 centavos.
Sin embargo, este cambio no fue bien recibido por la población ni por los comerciantes, que confundían las monedas de acero inoxidable con las de 10 centavos o con fichas o medallas. Además, estas monedas eran más difíciles de identificar por los sistemas automáticos o electrónicos. Por eso, se dejaron de acuñar a finales de ese año, y se volvió al bronce de aluminio en 1993.
Como resultado, las monedas de acero inoxidable se convirtieron en unas piezas muy escasas y codiciadas por los coleccionistas. Según algunos expertos, solo se acuñaron unos 10 millones de estas monedas, frente a los más de 300 millones de las monedas de bronce de aluminio. Por eso, estas monedas pueden llegar a valer hasta 100 pesos argentinos cada una, dependiendo de su estado y demanda.
Si quieres saber si tienes una moneda de acero inoxidable o una de bronce de aluminio del año 1992, puedes fijarte en algunos detalles:
El color: las monedas de acero inoxidable tienen un color plateado o grisáceo, mientras que las de bronce de aluminio tienen un color dorado o cobrizo.
El peso: las monedas de acero inoxidable pesan 3 g, mientras que las de bronce de aluminio pesan 2,5 g.
El sonido: las monedas de acero inoxidable tienen un sonido metálico o tintineante, mientras que las de bronce de aluminio tienen un sonido más sordo o apagado.
El imán: las monedas de acero inoxidable se adhieren a un imán, mientras que las de bronce de aluminio no.
Con estos datos podrás identificar si tienes una moneda de 5 centavos con el escudo nacional del año 1992, y si es una de las más valiosas. Si es así, puedes conservarla como una pieza histórica y numismática, o venderla a algún coleccionista interesado. Sea como sea, esta moneda es un testimonio de la historia y la economía de Argentina.
