Llegan los primeros fríos a nuestro país y la gente busca la forma de mantener su vivienda lo más caliente posible, y si bien la mayoría utiliza artefactos de gas hay otros que todavía lo hacen con viejas salamandras o incluso quemando maderas.
Sin embargo, a pesar del método que se utilice, hay un enemigo silencioso que deja al menos 250 personas muertas en Argentina y por eso, hay que tomar ciertos recaudos para evitar estas situaciones.
El primer punto que hay que saber es que todos podemos ser víctimas de la intoxicación por monóxido de carbono, pero esta es prevenible y por ende, es evitable. Lo cierto, es que esta sustancia es incolora, inodora, no tiene sabor y tampoco irrita a los ojos ni la nariz, por eso, la convierte en altamente peligrosa.
En tanto, el Monóxido de Carbono (CO) es una sustancia tóxica, un gas venenoso que se produce por la combustión incompleta del carbono presente en materiales como leña, carbón de leña, gas, kerosene, alcohol, gasoil y nafta, está presente en el humo expulsado por automotores y camiones, candelabros, estufas, cocinas y sistemas de calefacción que no funcionan de manera adecuada o cuya ventilación se encuentra bloqueada, lo cual puede llevar a la acumulación de este tóxico.
Cabe destacar, que los datos aportados por el Ministerio de Salud de la Nación indican que cada año mueren cerca de 250 personas por inhalar monóxido de carbono en nuestro país, por lo cual los datos causan preocupación entre la población y los funcionarios locales.
Para tocar este tema delicado, la doctora Valeria El Haj (M.N. 99.291) relató al respecto que “cuando hay una cantidad excesiva de este gas en el aire que respiramos, el organismo reemplaza el oxígeno en los glóbulos rojos por monóxido de carbono, evitando que el primero llegue a los tejidos y órganos. Si la concentración de CO en la sangre es demasiada elevada, se produce una intoxicación que puede causar enfermedades respiratorias, cardiovasculares e incluso la muerte”.
Grupos de riesgo
En tanto, desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) advirtieron que niños, embarazadas, adultos mayores y aquellas personas con enfermedades cardiovasculares y respiratorias, constituyen las poblaciones más vulnerables a los efectos de intoxicaciones con monóxido de carbono e instaron a extremar los cuidados, ya que en los meses de frío se producen la mayor cantidad de casos, por mal funcionamiento de los artefactos que producen este gas peligroso, asociado a la falta de ventilación de ambientes a causa de bajas temperaturas.
En el caso de la embarazadas, el peligro es mayor ya que además de la intoxicación a la cual se exponen ellas mismas, el riesgo es todavía mucho mayor para el feto, debido, entre otras circunstancias fisiológicas, a que expuestos a la mismas fuente y concentración de monóxido de carbono, la concentración del mismo hallada en sangre es entre 10 y 15 veces mayor en el feto que en la madre. Además, el tiempo de desintoxicación que necesita el feto es mucho mayor, ya que la vida media del CO en la sangre es casi 5 veces más prolongada que la materna.
Es importante resaltar que este tipo de intoxicación es particularmente peligrosa para las personas que se encuentren durmiendo o bajo el efecto de algún estupefaciente, ya que tienen menos probabilidades de advertir sus signos y poder actuar en consecuencia.
Monóxido de carbono: síntomas
Según la profesional de la salud, algunos de los síntomas que pueden presentarse son diversos y están caracterizados de la siguiente manera: Intoxicación leve: dolor de cabeza, náuseas, vómitos y mareos. Intoxicación moderada: confusión, visión borrosa, falta de coordinación, falta de fuerza, palpitaciones, irritabilidad y falta de tonicidad muscular. Intoxicación grave: pérdida de conciencia, coma, convulsiones, hipotensión, arritmias e infarto de miocardio.
En tanto, una pregunta surge ante un presunto episodio y es ¿Qué hacer ante la sospecha de intoxicación?, a lo cual hay que decir que si bien los síntomas pueden ser más o menos evidentes, siempre se trata de una emergencia médica en la que peligra la vida.
Es por ello, que ante la mínima sospecha de intoxicación, propia o de terceros, la facultativa recomendó lo siguiente: abrir puertas y ventanas para ventilar el ambiente, apagar todos los artefactos que puedan producir CO (en caso de que sea seguro hacerlo), salir de la habitación contaminada para respirar aire fresco y buscar atención médica de emergencia para todas las personas que hayan estado en el mismo ambiente, explicando el motivo de la intoxicación. También se recomienda solucionar el foco del problema antes de regresar al hogar.
Por otra parte, es sabido que si una persona tiene signos o síntomas de intoxicación con monóxido de carbono, hay que buscar aire fresco de inmediato y llamar al 911 o a un servicio de urgencia médica para atender a ese paciente intoxicado.
Ahora bien, una vez que esta persona llega al hospital, el tratamiento puede consistir en lo siguiente:
1) Respirar oxígeno puro: En la sala de urgencias, le pueden hacer respirar oxígeno puro a través de una mascarilla puesta sobre la nariz y la boca. Esto ayuda a que el oxígeno alcance los órganos y tejidos, y lo importante es que si no puede respirar por sus propios medios, una máquina (respirador) lo ayudará.
2) Pasar un tiempo en una cámara de oxígeno presurizado: En muchos casos, se recomienda la oxigenoterapia hiperbárica. Este tratamiento consiste en respirar oxígeno puro en una cámara, en la cual la presión del aire es de dos a tres veces mayor que la normal. Esto acelera el reemplazo de monóxido de carbono con oxígeno en la sangre.
3) La oxigenoterapia hiperbárica se puede usar en casos de intoxicación grave con monóxido de carbono: Ayuda a proteger el tejido del corazón y cerebral, que son especialmente vulnerables a la lesión por intoxicación con monóxido de carbono. La oxigenoterapia hiperbárica también puede recomendarse para las mujeres embarazadas, ya que los fetos son más vulnerables a sufrir daños por intoxicación con el monóxido de carbono.
Importancia del detector de gas
Para protegerse contra el envenenamiento o la exposición al monóxido de carbono, existen diversos métodos para estar tranquilos y evitar que un hecho termine de manera lamentable, y uno de esos aparatos que pueden llevar tranquilidad a sus viviendas son los detectores de CO.
Es un artefacto de alerta temprana que en caso de detectar altos contenidos de monóxido de carbono, lo hace mediante una verificación constante de la calidad del aire, comprobando que no existan altos contenidos de este gas. Cabe destacar, que el monóxido de carbono es un gas resultante de la combustión, que es venenoso cuando te expones de forma prolongada.
Es muy recomendable utilizar este detector cuando tiene en su casa aparatos que utilicen gas, derivados del petróleo o carbón, como por ejemplo, aparatos de calefacción, calentadores de gas, calderas o estufas de leña, entre otros.
En tanto, su funcionamiento es muy sencillo, ya que cuando los sensores detectan un aumento del monóxido que pueda ser peligroso, dispara una alarma para avisar del peligro. Para su instalación basta con ubicarlo en la habitación que desea proteger y colocar las pilas correspondientes.
Es interesante resaltar que si tiene un detector de CO a base de pilas, recuerde que debe cambiarlas cada 6 meses, además hay que tener en cuenta que es posible que los detectores de enchufar el aparato no se activen, si hay fuga de monóxido de carbono mientras no haya electricidad, por eso es clave la conservación de las baterías o pilas.
Recomendaciones
Existen medidas que podemos adoptar para evitar un caso de intoxicación:
1) Ventilar cada ambiente: es fundamental mantener siempre abierta una ventana o puerta en los ambientes calefaccionados, aunque haga frío.
2) No usar el horno y hornallas de la cocina para calefaccionar el lugar.
3) Revisar y controlar el correcto funcionamiento de las instalaciones de gas y los equipos con combustión a leña.
4) Verificar el color de la llama de gas, la misma debe ser siempre de color azul; si la llama es amarilla o anaranjada es signo de mala combustión y generación de monóxido.
5) Revisar el lugar regularmente, la aparición de manchas, suciedad o decoloración de los artefactos a gas, sus conductos de evacuación o alrededor de ellos, dan señal de su presencia. 6) Se recomienda instalar artefactos con salida al exterior o tiro balanceado en espacios cerrados y con el asesoramiento conforme a Reglamentaciones Técnicas Vigentes. Es por eso que debe ser realizado por gasista matriculado.