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Palpitando la gran final de Gran hermano: Como son Marcos, Julieta y Nacho

Convivieron 162 días, parodiaron una boda entre los tres y este lunes compiten por el primer puesto.

Palpitando la gran final de Gran hermano: Como son Marcos, Julieta y Nacho

En el marco lúdico que propone el programa, desde el viernes pasado ellos son "maridos y mujer". Pero, en el marco competitivo que sostiene el formato, Julieta, Marcos y Nacho son los tres finalistas de Gran hermano 2022/2023. Y en la medianoche de este lunes se sabrá quién se alza con el premio mayor: si Doña Flor o alguno de sus dos maridos.

Más allá de las diferencias, a los tres los emparenta un dato clave: ninguno, a diferencia de sus compañeros, salió de la casa desde que aquel lunes 17 de octubre en el que los participantes originales traspasaron el umbral rumbo al encierro televisado. Luego se sumaron dos en la instancia repechaje, y más tarde hubo puerta giratoria para varios ex que volvían a cuento de todo.

Lejos de otras ediciones en las que los finalistas llegaban a la última baldosa con cierta tensión entre ellos, este trío decidió compartir el desenlace como si fueran viejos amigos, con la yapa de las alianzas de juguete que se pusieron frente a todos sus ex compañeros, con Alfa como padrino y Holder como cura.

Pero lo cierto es que cada uno maneja un perfil diferente. Cómo fueron los caminos de cada uno de cara a la final que se celebrará esta noche (lunes 27) a partir de las 22.30, por Telefe.

Julieta Poggio La princesa, según Coty

La seguridad en sí misma fue la que la mantuvo fuerte hasta aquí. Algunos le decían la Barbie, otros Disney y hasta Coty -personaje polémico de la casa-, su "amiga" hasta ese momento, le llegó a gritar, en medio de una discusión, "Bienvenida a Gran hermano, princesa". De ese enfrentamiento, Julieta salió más fortalecida.

Y se rió de su incapacidad para cocinar, para ordenar y para arremangarse a la hora del trabajo doméstico. Compensó con su facilidad para la charla genuina, para la diversión y aprovechó sus conocimientos de baile para matizar la casa con tono festivo. De hecho, cumplió los 21 años en el juego y pidió que le organizaran una "pool party". Y metió a todos en la pileta, ella con la coronita puesta.

Si bien para "el adentro" no tenía estrategia, supo aprovechar las nominaciones espontáneas y fue la mejor justificando sus votos en el confesionario. También fue la única que se animó a utilizar la nominación fulminante, pero no le salió como imaginaba: mandó a placa directa a Camila, pero se terminó yendo una de sus dos aliadas de GH, Daniela. La otra, su "mamá postiza", es Romina.

Instaló sus hashtag #FueraMalasVibras" y #SeCayeronLasCaretas. Y la mandaron a placa en siete oportunidades. Resistió. Fue líder de la semana sólo una vez.

Estos últimos días llora más de lo que ríe, pero a lo largo de los cinco meses y pico supo aportarle alegría a la competencia. Es fresca, espontánea, con ciertos tips de niña caprichosa, pero este lunes saldrá, seguramente, una versión de Poggio más madura. Y maquilladísima, obvio.

Marcos Ginocchio El primo del gran hermano

Según el pulso de las redes, pinta como el candidato a llevarse el premio principal, pero el veredicto llegará de la mano de quienes paguen por su voto en el 9009 (mismo número para los tres finalistas).

El salteño, que empezó a decirle "primo" a cada uno de sus compañeros, terminó rebautizado con ese apodo. Es el más callado de esta décima edición y, se supone, carga con algo fuerte de su pasado que no quiso develar, ni en las charlas con sus pares ni en el confesionario.

Si bien no tuvo enfrentamientos con casi ninguno, marcó la diferencia con su amistad con Agustín, uno que se proclamaba el mejor estratega de GH, pero fue eliminado por partida doble. "El primo" estuvo cuatro veces en placa, también fue lider en cuatro oportunidades y jamás usó la nominación espontánea.

Familiero, pudo sacar a relucir sus emociones tanto con la entrada de su hermana Valentina (estuvo dos semanas conviviendo con ellos), como con la visita de su padre y su otro hermano. "Vaguito", según Romina, sus lugares favoritos de la casa eran los sillones del jardín y las máquinas de entrenamiento.

Nacho Castañares El monito que supo cambiar de rama

Fue el primero en ingresar a la casa y, al menos, está entre los tres últimos en salir. Al principio formó parte del autodenominado grupo de "Los Monitos", que integraban Holder, Juan y Martina. Como se iban yendo uno a uno, rápidamente Nacho interpretó que lo mejor era buscar mejores aliados.

Y así fue tejiendo una suerte de casting casero: entró y salió de varias alianzas. Es, lejos, el que más asume el espiritu competitivo y quien mejor supo sacarle jugo a las informaciones que llegaban del "afuera", tanto por sus ex o por boca del conductor, Santiago del Moro.

Se enoja rápido, se ríe fácil. Está transitando el duelo por la muerte de su madre, el año pasado, y confiesa que recuperó "fuerzas" cuando recibió la visita de su padre biológico, Rodo (todo un personaje que estuvo 15 días en el juego). Nacho también protagonizó uno de los momentos más emotivos del programa, con los abrazos de su abuela y de su "segundo papá", Jesús, ex pareja de Rodo.

Fue tres veces lider de la semana y llegó a placa en diez galas de nominación, pero en una fue salvado por Maxi.

Comenzó una relación amorosa con Lucila, "La Tora", pero el "afuera" le creó un shippeo con Thiago: Nachiago. Y el domingo, cuando Del Moro les mostró algunas pinceladas del fenómeno de GH, se movió entre la excitación y las lágrimas. Intuye que no hay "game over" aunque alguien apague la luz esta noche.

Cuando la casa quede vacía, habrán pasado 162 días, un tsunami de emociones, un fenómeno televisivo que calentó como pocos la aguja del rating y un trío que se fue dividiendo de a poco, todos con algo bajo el brazo: casi 20 millones de pesos y una casa para el ganador, una casa para el segundo, un viaje para el tercero, y cerveza gratis por un año para los tres.

Y el ganador es...


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