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Subsidios a colegios laicos

Preocupación porque el cierre de colegios privados podría colapsar la educación pública en Salta

Así lo señalaron desde la asociación que nuclea a los establecimientos no religiosos que piden ser subsidiados por el gobierno salteño, tal como hace con los católicos.

Preocupación porque el cierre de colegios privados podría colapsar la educación pública en Salta

Pablo Pereyra, presidente de la Asociación de Establecimientos Privados de Salta, explicó a Agenda/Salta cuan complicada es la situación económica que atraviesan estas instituciones y por qué solicitan al Ministerio de Educación que se les otorgue subsidios como a los colegios católicos. Este es un reclamo histórico al que los distintos gobiernos han hecho oídos sordos. También hay un serio problema en ciernes: el cierre de colegios privados laicos no  generará una inevitable migración de alumnos que podría colapsar el sistema público, sin contar todas las fuentes laborales que se perderían.

 

Pereyra recordó que el reclamo por el apoyo económico a la instituciones privadas laicas no confesionales en Salta lleva al menos 32 años, que es el tiempo que lleva activa la Asociación. Sin embargo, han visto cómo los distintos gobiernos provinciales pasaron sin dar una respuesta definitiva. Sólo hubo algunas soluciones momentáneas, por ejemplo los dos meses que recientemente el Gobierno de la Provincia accedió a financiar con el 15% de la masa salarial luego de una negociación y reajuste, pues lo que se pedía originalmente era el 35%. El Ministerio de Educación a cargo de Matías Cánepa les ofreció un 10% y terminaron cerrando con cinco puntos arriba. Además, el inconveniente con ese acuerdo es que los sueldos a pagarse este año estarían contemplados como los de noviembre de 2022. Es decir, luego del acuerdo paritario, esa ayuda que ya era mínima, se redujo aún más. En contraposición, un 60% o más de los salarios en los colegios católicos están siendo subsidiados actualmente por parte del Estado salteño. 

Respecto a cómo repercute la falta de apoyo estatal luego de las paritarias docentes, Pereyra comentó: "Ya el año pasado han habido aumentos escalonados en la grilla salarial docente, lo que ha implicado que los colegios debamos subir también de manera de escalonar las cuotas. Eso ha generado una preocupación en las familias y hemos tenido una migración de aproximadamente el 10% entre los colegios, por ahí de los colegios más caros a los colegios más económicos y de los colegios más económicos directamente a la escuela pública. Eso obviamente también repercute en la economía del colegio y hoy en día las familias están realmente preocupadas porque estamos a la expectativa de los incrementos salariales".

Además, el entrevistado comentó que el 80% de la cuota de un colegio privado está destinada a sueldos. "Y tenga en cuenta, los colegios de nuestra característica somos todos inquilinos, ninguno tiene establecimiento propio, ni edificio. Imagínese usted los colegios confesionales después de 50 años de recibir aportes estatales usted puede constatar caminando por la vereda de los colegios semejantes edificios gracias a tantos años de aportes, nosotros hemos recibido un 15% durante dos meses y con mes de por medio", se lamentó. Luego explicó: "los colegios de nuestra Asociación están todos en rojo porque han privilegiado el pago de haberes, hay colegios que todavía no llegaron a cancelar el mes de de Marzo".

Y entre las repercusiones que podría tener el cierre de colegios privados laicos, como ya ha sucedido este año en la ciudad de Salta, Pereyra expresó con preocupación: "Cuando se cierra un colegio privado no solamente se pierde la fuente laboral, que es algo dolorosísimo. Hay muchas familias que dependen del funcionamiento de un colegio, no solamente docentes, sino el personal de maestranza no docente y también otros actores que funcionan gracias a un colegio privado, desde la gente que atiende un buffet, una fotocopiadora, la gente del seguro escolar, el seguro de emergencias médicas; les diría que partes del estado como por ejemplo municipalidad, bomberos, todos los estamentos que influyen en la habilitación municipal de un colegio también se ven perjudicados". A ellos sumó los mayores perjudicados: el alumnado que tiene que migrar de institución en institución.

Antes de finalizar, Pereyra hizo un planteamiento crucial en caso de que haya una migración de alumnos a la escuela pública: "La pregunta es si realmente la escuela pública hoy está en condiciones de recibir ese caudal de chicos que podrían pasar. Estamos al límite con la escuela pública, pero sin embargo estamos poniendo en riesgo a la educación privada, lo que provocaría un colapso de la educación pública, ni más ni menos. La educación privada es un sostén importantísimo, por más que alguien no lo quiera aceptar, la educación privada es un sostén importantísimo para la educación pública. Entonces, ¿por qué no ayudar? ¿Por qué el Estado no ayuda a los colegios privado que le están solucionando también un problema?".


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