Este lunes, estudiantes del último año de la secundaria celebran el Último Primer Día de clases, más conocido como UPD. Esta tradición, que en los últimos años se ha popularizado entre los jóvenes, consiste en reunirse la noche previa al inicio del ciclo lectivo para festejar, lo que genera preocupación entre familias y autoridades debido al consumo excesivo de alcohol y otras sustancias.
El UPD es una de las celebraciones más esperadas por los estudiantes de quinto y sexto año, ya que marca el inicio de su último año escolar. A lo largo del calendario académico, los jóvenes también participan en otras festividades, como el Día del Estudiante y las fiestas de egreso, pero ninguna despierta tanto debate como esta.
¿Cómo festejan los estudiantes?
En la mayoría de los casos, los alumnos organizan encuentros durante la madrugada anterior al inicio de clases. Luego, en grupos o caravanas, llegan a sus colegios con bombos, cotillón y, en algunos casos, disfraces. Con el paso del tiempo, esta práctica ha ido escalando en intensidad, derivando en situaciones de riesgo por el alto consumo de alcohol y sustancias.
Ante esta realidad, el Estado, las instituciones educativas y las familias han debatido sobre cómo abordar la problemática. Mientras algunos consideran que se deben prohibir estas celebraciones, otros creen que lo más eficaz es proponer alternativas seguras y reguladas.
Recomendaciones para un UPD sin riesgos
Con el objetivo de minimizar los peligros asociados a esta festividad, el exMinisterio de Educación de la Nación elaboró una serie de recomendaciones para fomentar un festejo responsable. Algunas de ellas incluyen:
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Proponer desde la escuela actividades en conjunto con los estudiantes, como jornadas de reflexión, desayunos de bienvenida o encuentros recreativos en espacios abiertos.
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Establecer acuerdos entre docentes, directivos y alumnos para definir un marco consensuado sobre los festejos.
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Fomentar la participación de los centros de estudiantes y consejos escolares para generar espacios de diálogo sobre la celebración.
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Crear instancias de conversación en las que los jóvenes puedan expresar sus expectativas y preocupaciones respecto al cierre de su etapa escolar.
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Reflexionar sobre los consumos y promover prácticas de cuidado entre pares.
El UPD es un evento significativo para los estudiantes, pero su celebración no está exenta de riesgos. Por ello, la clave para un festejo exitoso radica en encontrar el equilibrio entre la diversión y el cuidado, garantizando un comienzo de año seguro para todos.
