El potasio y el magnesio son dos minerales esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Estos nutrientes juegan un papel crucial en numerosas funciones biológicas y su consumo adecuado es vital para mantener una salud óptima.
Los alimentos que contienen altas cantidades de ambos minerales incluyen verduras de hoja verde como las acelgas, espinacas, edamame, frijoles cannellini, calabaza bellota, salmón, paltas y papas.
Además, frutas como plátanos, cítricos, melón y kiwi, así como tomates y patatas, son excelentes fuentes de potasio. Los frutos secos, semillas, cereales integrales, legumbres y pescado también son ricos en magnesio.
El potasio es un mineral electrolito que se encuentra en la sangre y es necesario para la contracción muscular, la circulación de nutrientes dentro de las células y la expulsión de desechos. Ayuda a producir proteínas, descomponer carbohidratos, desarrollar músculos, regular el nivel de agua en el cuerpo y disminuir los efectos negativos del sodio. Además, es fundamental para la salud cardiovascular, ya que ayuda a regular la presión arterial.
El magnesio, por su parte, es necesario para más de 300 reacciones bioquímicas en el cuerpo, incluyendo la síntesis de proteínas, la función muscular y nerviosa, la regulación del azúcar en sangre y el control de la presión arterial.
También se ha sugerido que el magnesio puede ayudar a aliviar los síntomas de la depresión y la ansiedad.
La combinación de magnesio y potasio en la dieta puede ofrecer varios beneficios para la salud. Estos incluyen el mantenimiento de un equilibrio electrolítico adecuado, esencial para la hidratación, la función celular y la salud cardiovascular. Ambos minerales son esenciales para una función muscular saludable, con el potasio necesario para la contracción y relajación muscular adecuadas y el magnesio contribuyendo a la relajación muscular y previniendo calambres.