El escándalo conocido como OlivosGate se originó a partir de la fiesta de cumpleaños de la primera dama, Fabiola Yañez, pero luego dejó al descubierto cientos de visitas a la Quinta presidencial durante el confinamiento estricto dictado por Alberto Fernández.
Mientras miles de argentinos celebraban sus conmemoraciones a puertas cerradas y se recibían de sus carreras universitarias vía Zoom mientras las escuelas permanecían cerradas por temor al contagio, el oficialismo nacional organizó lo que parece ser un agasajo y brindis de fin de año. El día exacto fue el 30 de diciembre de 2020.
Del evento, el cual figura registrado como “Evento en Quincho Frente de Todos” por la casa militar encargada de uno de los cordones de la seguridad de la residencia presidencial, participó la por entonces diputada Romina Uhrig junto a otros funcionarios y referentes K.
El encuentro presidido por Alberto Fernández y Santiago Cafiero, contó con la presencia de la vocera presidencial Gabriela Cerrutti y de al menos 67 diputados, entre ellos Máximo Kirchner, Facundo Moyano, Hugo Yasky, Marisa Uceda, Carlos Selva, Rosana Bertone y Rodolfo Taihlade, entre muchos otros.
El festejo, en el que se aprovechó para despedir el año, fue organizado por presidencia de la Nación para agradecerles a los legisladores haber aprobado leyes de interés para el gobierno, tales como el aborto. La contracara de una agenda que nada tiene que ver con la mayoría de las necesidades de los argentinos.