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Según un estudio, ser el "hijo favorito" dice mucho de tu personalidad

Un estudio internacional revela que padres y madres prefieren a las hijas y a los hijos responsables.

Según un estudio, ser el "hijo favorito" dice mucho de tu personalidad

Un tema que las familias suelen evitar en las sobremesas acaba de ser confirmado por la ciencia: los padres tienen hijos favoritos. Un estudio publicado en Psychological Bulletin reveló que tanto madres como padres tienden a preferir a las hijas y a los hijos responsables. Este favoritismo, aunque sutil, puede dejar huellas duraderas en la vida familiar.

Quiénes suelen ser los “favoritos”

El análisis, basado en 30 investigaciones y datos de casi 20.000 participantes de Estados Unidos y Europa, reveló un hallazgo sorprendente: los padres muestran una inclinación general por las niñas. Según Alexander Jensen, autor principal del estudio, esta preferencia no siempre es consciente, pero puede influir en las dinámicas familiares.

Además del género, los rasgos de personalidad también juegan un rol clave. Los niños responsables y organizados suelen recibir un trato más favorable, ya que los padres los perciben como más manejables y confiables.

La edad es otro factor de peso. Los hermanos mayores suelen recibir mayor autonomía, lo que los convierte, a los ojos de sus padres, en versiones juveniles de un adulto funcional. Los padres, asegura el sociólogo alemán Martin Diewald, terminan estrechando lazos más profundos con los hijos sociables porque “facilitan muchas cosas”.

El estudio encontró que los hijos favorecidos tienden a tener mayor estabilidad emocional, éxito profesional y relaciones más duraderas. Sin embargo, el favoritismo puede dejar a los demás hermanos con un sentimiento de postergación, afectando su autoestima y la calidad de sus vínculos personales.

Cómo abordar el favoritismo en la crianza

La revelación de que incluso los padres más amorosos pueden tener inclinaciones genera cuestionamientos. Jensen recomienda que las familias sean transparentes en su trato para evitar malentendidos. Aunque el favoritismo no implica menos amor por los demás hijos, los sentimientos de postergación pueden minar la autoestima y afectar la vida adulta de quienes se sienten en segundo lugar.

En una sociedad donde se espera que los padres amen a todos por igual, este estudio remueve la máscara del idealismo y deja a la vista una realidad compleja: ser justo, a veces, no es lo mismo que ser igualitario.

 


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