De acuerdo un reciente relevamiento por el Ministerio de Educación, seis de cada diez alumnos prestan más atención en las clases desde la prohibición de los celulares en las aulas de las escuelas porteñas.
Desde agosto de este año, los chicos de escuelas primarias y jardín de infantes de la Ciudad de Buenos Aires no pueden usar celulares durante las clases ni recreos. En la secundaria, la regulación es más laxa: los teléfonos deben permanecer guardados en el aula, excepto para actividades pedagógicas planificadas. Esta regulación, establecida por el Ministerio de Educación, busca “estimular la concentración” y “promover la socialización”.
A partir de estas encuestas realizada a varios alumnos, profesores y directivos de unos 50 institutos de nivel secundario de la Ciudad de Buenos Aires vemos los resultados de esta iniciativa. Esta encuesta se realizó entre el 2 y el 18 de octubre, con la participación de 4.082 estudiantes de tercer año, 150 docentes del mismo nivel y 40 directivos de instituciones estatales y privadas.
Los resultados de este informe, ya publicados por el Ministerio de Educación, indican que varios hábitos fueron modificados entre los alumnos: el 57% presta más atención en clase, un 47% habla más con amigos y, a la vez, el 41% se aburre más. Estas mismas modificaciones también fueron observadas por los directivos.
Por otra parte, los docentes consultados dan una opinión similar: el 56,2% de los profesores encuestados consideró que los alumnos prestan más atención en clase desde hace dos meses, cuando se dispuso la nueva normativa.
En un dato más alentador, señala que el 11,3% de los estudiantes aseguró que lee más libros desde que se limitaron los celulares en las aulas. Un 5% de los directivos opina lo mismo.
Casi el 90% de los estudiantes sigue utilizando el dispositivo en la escuela, en recreos y horas libres; un 25,4% indica que en los últimos dos meses el tiempo de uso disminuyó y un 65,9% que se mantuvo igual.
En cuanto a las autoridades escolares, el 100% de los directivos y el 91,7% de los docentes afirman que está implementando o en proceso de implementación de la nueva regulación. El 96% de los primeros y el 98% de los segundos contempla que el uso de celulares dificulta la atención y participación de los estudiantes en alguna medida.