El Ministerio de Salud Pública recuerda a la población que los hábitos alimentarios ayudan a cuidar y proteger la salud. El desayuno es esencial porque permite comenzar el día después de un periodo de ayuno prolongado.
Diferentes nutricionistas manifestaron que la glucosa que se ingiere al desayunar favorece -entre otras cosas- al buen funcionamiento cerebral. A este monosacárido se lo obtiene a través del azúcar de mesa o de la metabolización de los hidratos de carbono que poseen los alimentos tales como el pan, los cereales y las pastas.
Por ello se recomienda tomar jugo de frutas sin azúcar agregada, beber un yogur y comer una rodaja de pan o galletitas. También puede ser un licuado de banana, mango o durazno con leche.
Otras opciones saludables pueden ser un yogur con frutas o cereales, más pan o galletas con queso; o postres como arroz con leche o leche con avena.
De esta forma, se iniciará el día con la energía necesaria y la persona estará protegida para desarrollar las actividades rutinarias de la jornada. Es importante acostumbrarse a desayunar –porque es considerada la comida más importante del día- y favorece la llegada, con apetito adecuado al almuerzo, para disfrutar de la comida, comer con tranquilidad y sin exceso.
Un desayuno óptimo que ayude a mejorar los hábitos alimentarios y, en consecuencia, la calidad de vida, debe incluir:
· Pan y cereales, de preferencia integrales, que brindan al cuerpo fibra y carbohidratos que aportan energía, vitaminas y minerales.
· Lácteos bajos en grasa que proporcionan proteínas, calcio y vitaminas.
· Frutas que aportan agua, vitaminas, minerales y fibra.
· Alimentos proteínicos que brindan proteínas, grasa, vitaminas y minerales.