Noemí Estrada (23) es estudiante de segundo año la Licenciatura en Nutrición, de la Universidad Nacional de Salta (UNSa). El año pasado llegó a la ciudad de Salta cargada de sueños y de ganas de superarse. Alquiló un monoambiente en barrio Libertad, zona sureste de la capital, para recibir a sus dos hermanos que, al igual que ella, quieren estudiar y se inscribieron para cursar en una carrera de Nivel Terciario en El Huayco.
Se instaló allí hace 6 meses. Inició el periodo pagando un alquiler de $30.000, pero el mes pasado le aplicaron un aumento del 100 por ciento, con el que se le fue a $60.000. Hasta el momento solo logró cubrir el monto previsto, es decir los $30.000 que venía pagando acorde a su presupuesto y le es imposible pagar el resto, por lo que deberá desalojar el lugar esta semana. Ya se lo advirtieron.
La joven wichí está desesperada. No cuenta con familiares en la ciudad ni conoce a nadie que le pueda tender una mano. Ella y sus dos hermanos quedarán en la calle.
“Me costó mucho venir a estudiar a Salta. Terminé el secundario en 2018 y trabajé estos años para juntar dinero, venirme y hacer base para ayudar a mis hermanos. Cuando llegué hice varios cursos que me ayudaron a trabajar como acompañante terapéutica. Eso me permitió hasta el momento costear el alquiler, pero con esta suba me es imposible”, relató angustiada.
Estrada es miembro de la comunidad wichí Pozo de Tigre, ubicada a unos 8 kilómetros de Santa Victoria Este. Viajó hasta ahí durante toda la primaria y secundaria para poder educarse. El sacrificio fue enorme. Luego junto peso por peso para llegar a Salta y acceder a estudios universitarios.
Hoy todo esos esfuerzos pueden caer en saco roto si en lo inmediato no recibe una ayuda. Necesita de alguien que la oriente o le tienda una mano para resolver las difícil situación por la que atraviesa.
Consultada por El Tribuno acerca de si planteó el tema en la Municipalidad de Santa Victoria Este, señaló que en varias oportunidades recurrió a la comuna pero no tuvo ningún tipo de respuesta y muchos menos apoyo. Vale la pena recordar que al frente del municipio se encuentra el intendente Rogelio Nerón.
“Trabajando logré comprarme la cama, una cocinita y lo que necesito para vivir aquí. Ahora, si quedo en la calle no se que hacer o donde guardarlas. Mis hermanos ya están inscriptos para comenzar a estudiar el próximo mes. Vemos como todos nuestros sueños y nuestras aspiraciones se derrumban frente a nuestros ojos y no podemos hacer nada”, relató la joven.
Quienes puedan facilitarle alguna ayuda o guiarla para que encuentre una solución pueden comunicarse al 3873067748.
Entre formarse y ayudar a su comunidad o pasar a engrosar los barrios marginales
La comunidad del puesto Pozo de Tigre, en Santa Victoria Este, lamentablemente fue conocido a nivel nacional en 2020 por los niveles más altos de niños de bajo peso. A partir de allí los ojos de la Provincia y de la Nación se fijaron allí. La falta de oportunidades y de cuestiones básicas no resueltas son moneda corriente. Precisamente, no es casualidad que Noemí haya elegido la carrera de Nutrición para formarse.
Que tres jóvenes oriundos de esas lejanas y necesitadas latitudes se esfuercen por salir adelante, a través del estudio y del trabajo debiera ser un orgullo para el municipio y para toda Salta. Sin embargo, solos y olvidados hoy corren el riesgo de quedar en la calle y ver frustradas sus expectativas.
De no encontrar una solución, deberán regresar a la comunidad wichí desde donde vinieron sin haber logrado capacitarse para ayudar a su comunidad a vivir mejor o bien pasar a engrosar los barrios marginales.
Fuente El Tribuno