Es la peor época para ser inquilino; así lo indican desde el sector. Con altos índices de inflación y por los tiempos de actualización, se advierte que de acá a un año no creen que cambie el panorama, a raíz de que no se proyectan cambios en la ley. Con gran demanda y escasas propiedades disponibles, el eslabón de la cadena termina en impactar en precios altos, que implica que una familia tipo necesite al menos tres salarios mínimos para alquilar.
Para una casa de barrio los precios arrancan entre $55 y $60 mil. "Y no hay techo", indicó Juan Biella, titular del Colegio Único de Corredores Inmobiliarios de Salta (Cucis). Mientras que un dúplex "para clase media" puede estar entre $130.000 y $140.000, una casa del Grand Bourg entre $150.000 y $200.000, y un monoambiente del centro en $50 mil.
Si se tiene en cuenta que las inmobiliarias piden acreditar un ingreso en el cual el costo del alquiler represente como mínimo alrededor de un tercio de los ingresos familiares, por una casa de barrio de $60 mil se debe ganar $180 mil pesos. Mientras que el salario mínimo vital y móvil (SMVM)se ubica actualmente en $65 mil. Por lo tanto, una familia necesitaría acreditar ingresos por cerca de tres SMVM para poder aspirar a alquilar una casa de barrio.
Hace más de 30 años que Juan Martín Biella se dedica al negocio de las propiedades. El empresario aseguró que vivió peores épocas, en referencia a la hiperinflación, con actualizaciones mensuales. Aunque, a la par, diferenció la actualidad con aquellos tiempos porque "antes había más capacidad de pago". Biella resaltó que antes había una seguridad a partir de la estabilidad laboral del inquilino, una certeza que ahora ya no está. "A un maestro le alquilabas una casa o un departamento en El Casino y no tenía problemas de pagarla, la gente podía vivir de acuerdo a sus ingresos de forma cómoda, pero ahora no le alcanza, aún con trabajo registrado, la inflación le come el bolsillo. En cambio antes tenías hiperinflación y no tenías este problema", explicó.
Sin embargo, en este contexto, indicó Biella, los contratos de alquiler que llegan a ser judicializados son pocos, menor al 1%, y esto se refleja también en el nivel de mora, que se ubica por debajo del 5% . Según indicó, esto se debe a un buen diálogo entre inquilino y propietario, porque "no hay otra, siempre decimos que el techo del alquiler es el bolsillo del inquilino", señaló el empresario, que aseveró que además de ser propietario es también inquilino.
La ley de alquileres 27.551 obliga a que las actualizaciones sean anuales, teniendo en cuenta la variación de la inflación que mide el Indec y la de los salarios, que establece el Ripte, que dan como resultado el Índice de Contratos de Locación (ICL) que publica diariamente el Banco Central. El último ICL que rige para febrero de 2023 arrojó una actualización del 86%. En enero el incremento rondó el 81%
Biella indicó que la ley no conviene ni al inquilino ni al propietario, porque por un lado la inflación anual la absorbe principalmente el propietario, pero pasar a casi el doble de alquiler de un año a otro es también "un gran salto para el bolsillo del inquilino". En este sentido, indicó que el peor panorama lo tienen los nuevos inquilinos, porque "un dúplex que pagó los últimos 12 meses $50 mil, al finalizar el contrato se lo tasa para contrato nuevo y está en $140 mil, salta muchísimo". A esto se suma la falta de propiedades, ya que muchos decidieron ponerlas a la venta, aunque tampoco se vende por el aumento de oferta. "Y dicen que no cambiará la ley, así que el panorama seguirá igual", advirtió.
Fuente: El Tribuno