La pulsera Centinela llegó para fortalecer la seguridad contra el 'spiking', una práctica en la que se dan robos, secuestros o abusos sexuales luego de drogar a una persona. El accesorio ofrece resguardo a todo momento y es de uso sencillo y práctico.
Solo se debe colocar una pequeña cantidad de bebida sobre el accesorio y en cuestión de dos o tres segundos dejará ver si el líquido tiene alguna sustancia. Si la pulsera se torna en un color naranja oscuro, la bebida contiene drogas, si no cambia de color, es segura.
Existen dos modelos, la sencilla y la premium, ambas con capacidad de detectar cocaína, MDMA, anfetaminas, morfina, heroína y LSD, entre otras sustancias. Se diferencian en que la premium incluye dos recuadros para testear bebidas y una hebilla para quitarla y ponerla.
Ambas versiones cuentan con un código QR con un sistema de geolocalización y al haberse estrenado en las Fiestas de San Fermín de España cuentan con un sistema de llamada rápida a la línea de emergencia 112.
Cómo se creó "Centinela"
Cómo surgió "Centinela"
La pulsera fue creada por la empresa Aglaya Creativos y la idea surgió a partir del episodio que sufrió hace 15 años su gerente y fundador, Abel Lafuente, cuando despertó desorientado y sin su dinero.
"Nunca supe lo que había pasado esa noche, necesité ayuda psicológica. Esa experiencia me marcó" contó Lafuente a un medio español sobre su experiencia que lo llevó a crear esta pulsera.
Angel Gastón, otro de los fundadores de la empresa, explicó como la pulsera Centinela puede prevenir contra estos ataques: "Llevándola puesta, la persona que quiera meter droga en la bebida sabrá que el otro puede comprobarlo".
El proyecto representó un trabajo en conjunto de más de dos años que incluyó a ambos gerentes, a la esposa de Abel, Sara Lafuente, y a Juan Erra amigo de los fundadores. Por ahora, solo se encuentra a la venta en España.
el peligro del Spiking
Qué es el "Spiking"
La práctica de drogar personas a partir de sustancias o hasta "pinchazos" con jeringas para luego abusar de ellas o robarles se denomina Spiking y tomó gran relevancia después de la pandemia.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Toxicología español, este delito estuvo presente en 1 de cada 3 agresiones sexuales en el país. Cifras que podrían ser aún más elevadas debido a que las víctimas no saben que les pasó o al estar inconscientes no logran hacer la denuncia de manera inmediata.
En España, la práctica es un delito tipificado en la Ley Orgánica 10/1995 del Código Penal y en la Ley Orgánica 10/2022 de Garantía Integral de la Libertad Sexual, donde se la define expresamente como una forma de agresión sexual.
