Un satélite “muerto” de la NASA se estrelló contra la Tierra este miércoles. Se trata de RHESSI, un dispositivo de 270 kilogramos de peso que la agencia espacial de Estados Unidos lanzó hace más de dos décadas para estudiar el Sol y que dejó de operar en el 2018.
RHESSI (abreviatura de “Reuven Ramaty High Energy Solar Spectroscopic Imager”) ingresará a la atmósfera terrestre durante la jornada del miércoles 19 de abril, indicaron desde la NASA y el Ejército de Estados Unidos. El horario preciso no puede ser determinado.
Qué peligros hay
Con sus 270 kilogramos, se trata de un satélite que no es precisamente voluminoso. La mayor parte de su masa se convertirá en cenizas y vapor en su traspaso hacia la Tierra, explicaron los especialistas.
Sin embargo, “se espera que algunos componentes de satélite sobrevivan en su reingreso”, con un riesgo de daño bajo para las personas, de aproximadamente 1 en 2467.
Qué pasa con los deshechos
El regreso del satélite RHESSI no implica un peligro per se, aunque sí es un recordatorio de que “la órbita terrestre es un lugar cada vez más concurrido”, colmado de basura espacial.
Más de 30.000 piezas de desechos en órbita son actualmente rastreadas por sistemas de vigilancia, una problemática que se expande porque muchos de esos elementos son demasiado pequeños para poder controlarlos. Según datos de la Agencia Espacial Europea (ESA), cerca de 1 millón de objetos de entre 1 y 10 centímetros de ancho están volando alrededor de nuestro planeta. Otros, por debajo de 1 milímetro, suman unos 130 millones.