Todos los seres vivos tienen un ciclo de vida de cuatro etapas. Nacen, crecen, se reproducen y mueren. A ese ciclo lo atraviesan dos condiciones fundamentales, la vida y la muerte. Sin embargo, un reciente estudio podría ser la base del descubrimiento de una nueva condición de los animales: la "animación suspendida", mencionada por científicos que revivieron gusanos enterrados en el permafrost siberiano durante 46.000 años.
Esas criaturas, un tipo de nematodo (comúnmente conocido como gusano redondo), estuvieron despiertas por última vez cuando los neandertales y los mamuts vagaban por la Tierra. ¿Cómo sobrevivieron tanto tiempo en esa capa permanentemente congelada? Entrando en el estado de animación suspendida, revela el artículo publicado este jueves en la revista PLOS Genetics. Las pruebas genéticas sugieren que los gusanos son una especie desconocida y posiblemente extinta.
Criptobiosis en animales
Los nematodos son unos de los llamados microanimales que pueden sobrevivir a condiciones extremas, como la congelación o la falta de agua y oxígeno, entrando en un estado llamado criptobiosis. En ese estado, el metabolismo del organismo se detiene y deja de reproducirse, desarrollarse y repararse. Cuando las condiciones mejoran, puede revivir.
"Este artículo puede hacer que la gente considere esta tercera condición entre la vida y la muerte", dijo Teymuras Kurzchalia, coautor del estudio y biólogo del Instituto Max Planck de Biología Celular Molecular y Genética de Alemania.
Los nematodos son unos de los llamados microanimales
Si tomamos como referencia los organismos unicelulares, el estudio no revelaría ninguna novedad. Las bacterias pasan millones de años en estado de criptobiosis, pero 46.000 años es un récord sin precedentes para los animales. "La criptobiosis en este organismo podría ser indefinida", dijo Kurzchalia.
Entonces, ¿los secretos de la criptobiosis podrían ayudar a las personas a sobrevivir si son congeladas o lanzadas al espacio exterior?
Los científicos dijeron que esos planteos siguen perteneciendo a la ciencia ficción, pero un estudio más profundo podría revelar nuevos mecanismos para que los seres humanos sean más resistentes. "Quizá se puedan desarrollar moléculas que consigan lo mismo", dijo a The Wall Street Journal Craig Marshall, bioquímico de la Universidad de Otago, Nueva Zelanda.
El hallazgo que no se confirmó
El actual estudio confirmó lo que ya se había planteado en 2018. Los gusanos revividos se encontraron en el permafrost, a 40 metros bajo tierra, cerca del río Kolyma, al este de Rusia. Las muestras del permafrost se tomaron en el 2000 y se mantuvieron congeladas hasta hace 5 años.
¿Cómo los descongelaron en 2018? Un artículo publicado en la revista Doklady Biological Sciences ese año, describió que los investigadores colocaron a los gusanos congelados en placas de Petri -recipiente redondo de cristal- con una solución nutritiva y los mantuvieron a 21 grados °C durante varias semanas.
La sorpresa llegó cuando los gusanos despertaron y comenzaron a reproducirse, pero eso no fue todo. La datación de carbono determinó que el permafrost donde se hallaron los nematodos tenía entre 30.000 y 40.000 años, algo que para los biólogos se explicó con "muestras contaminadas", es decir, no lo confirmaron.
Los autores del nuevo artículo afirman que analizaron las muestras de forma más rigurosa para confirmar el hallazgo anterior y obtener más información. Según los investigadores, las muestras de permafrost se dataron de nuevo con carbono y se demostró lo que ya se suponía: los gusanos tenían unos 46.000 años.
A pesar del descubrimiento, la cirptiobiosis continuará siendo un misterio. Según Thomas Boothby, biólogo molecular de la Universidad de Wyoming, este fenómeno es uno de los "misterios más perdurables de la fisiología animal".
"Tener un organismo complejo y pluricelular que puede apagarse y entrar en este estado de animación suspendida, que a todos los efectos parece muerto, es alucinante".