El holandés Gert-Jan Oskam, de 40 años, sufrió una lesión medular a la altura del cuello tras un grave accidente de bicicleta en 2011 que le dejó inmobilizado de cintura hacia abajo y los brazos parcialmente paralizados sin posibildidad de mejoría. En aquel momento, poder rascarse la nariz era todo un triunfo.
Pero ahora, gracias a un equipo internacional de científicos, la inteligencia artificial y numerosas sesiones de rehabilitación, ha podido volver a caminar con la asistencia de un puente digital inalámbrico que restablece la comunicación entre el cerebro y los nervios bajo su lesión de la médula espinal que le ha permitido restablecer el control sobre sus extremidades.
Esta interfaz le ha permitido recuperar el control sobre el movimiento y le ha permitido ponerse de pie, caminar e incluso subir escaleras, según explican los científicos en un artículo publicado en la revista Nature que describe este hito científico.
El dispositivo, llamado interfaz cerebro-columna vertebral, se basa en trabajos previos de Grégoire Courtine, neurocientífico del Instituto Federal Suizo de Tecnología en Lausanne, Suiza, que demostró ya en 2018 que esta tecnología, combinada con entrenamiento intenso, estimula la parte inferior de la columna mediante impulsos eléctricos y puede ayudar a personas con lesiones en la médula espinal a volver a caminar.
Los investigadores, coordinados por Henry Lorach, Andrea Galvez y Valeria Spagnolo, de la Universidad de Lausanne, han reportado notables mejoras en sus percepciones sensoriales y habilidades motoras, incluso cuando el puente digital estaba apagado.
Dos implantes inalámbricos y mucho trabajo de rehabilitación
Una lesión de la médula espinal interrumpe la comunicación entre el cerebro y la región de la médula espinal que produce la marcha, lo que lleva a la parálisis. Los investigadores restauraron esta comunicación con un puente digital entre el cerebro y la médula espinal que "permitió a una persona con tetraplejia crónica ponerse de pie y caminar de forma natural", explican en el estudio.
El artefacto consiste en dos implantes electrónicos inalámbricos: uno en el cerebro que que descodifica las señales eléctricas que genera el cerebro cuando "manda" a las piernas la orden de caminar, y un neuroestimulador conectado a una guía de electrodos sobre la región de la médula espinal que controla el movimiento de las piernas. todo ello se traduce en una secuencia autónoma de estimulación eléctrica de la médula espinal.
Esta interfaz cerebro-columna vertebral (BSI) consta de sistemas de estimulación y registro completamente implantados que establecen un vínculo directo entre las señales corticales y la modulación analógica de la estimulación eléctrica epidural dirigida a las regiones de la médula espinal involucradas en la producción de la marcha", explican más detalladamente en el estudio.