El gasto destinado a generar contenidos es una de las variables más importantes (y preocupantes) en el mundo del streaming.
De hecho, después de varios ajustes en las plataformas, estos números se revisan constantemente desde 2022. Aunque Netflix sigue gastando lo mismo (alrededor de USD 17.000 millones por año) y tanto Comcast como Disney son los que invierten mayores recursos (aunque es lógico porque no tienen "solo" una plataforma sino un complejo entramado de ventanas que requieren novedades), el tercer mayor "gastador en contenidos" es el que, se supone, menos se dedica a la producción directa: YouTube.
Un estudio reveló que el 50% de los contenidos audiovisuales por año es realizado por apenas seis productores: Disney, Comcast, Warner Bros, Discovery, Netflix y Google, el último justamente por YouTube. Ese gasto no es en producción directa, aunque se suma lo que se paga por licencias deportivas (alrededor de USD2.000 millones al año). El mayor desembolso lo realiza para pagar las regalías de los creadores de contenidos que utilizan la plataforma para "subir" sus creaciones. El resultado: es la tercera empresa que más gasta a nivel global.
Lo más interesante no es el modelo de YouTube sino que en lugar de complementar el cine y la televisión (lineal u OTT), los sustituye. El estudio realizado por la consultora Ampere citado por el portal de Variety señaló que YouTube gastó en contenidos menos de USD 18.000 millones y eso alcanzó para abrazar el tercer lugar. Sin embargo, y aquí está el mayor problema, aún pagando mucho menos que Disney y Comcast, YouTube logró fidelizar a sus usuarios (creadores o espectadores) pagándoles más a los productores, en promedio, que sus competidores.
Pero ese gasto "mayor" de las otras plataformas no aleja a los usuarios de YouTube. De hecho, Google, dado su modelo de negocios, fue muy poco afectado por las huelgas y la recesión. Al contrario, fue "el lugar" de las novedades y el desarrollo económico.
Para por lo menos dos generaciones, YouTube es el sitio obligado y es además una oportunidad de negocios para cualquiera, ya que se trata en su mayoría de contenido generado por los propios usuarios. El punto en el cual se encuentra actualmente el streaming (con Wall Street exigiendo ganancias, con enormes gastos de riesgo en contenidos y la necesidad de invertir constantemente en tecnología) es complejo y la competencia de YouTube (que además tiene el respaldo de Google) obliga a un cambio en el audiovisual.