Abel Pintos, uno de los cantantes más queridos y reconocidos de Argentina, ha compartido en diversas ocasiones el profundo amor y aprecio que siente por su hija mayor, Guillermina. En una reciente entrevista, el artista habló sobre la relación especial que tiene con la adolescente y cómo ella ha demostrado un interés particular por la música, tal como su padre.
Guillermina, a quien se ha visto en los últimos tiempos acompañando a Abel en eventos importantes como el teatro y los premios Martín Fierro, ha sido descrita por su padre como una compañera leal. Abel explicó que, debido a las limitaciones de Mora para acompañarlo, Guillermina ha tomado ese lugar con gusto, demostrando su apoyo y cariño hacia su papá. "A ella le gusta mucho la música, pero esto lo hace porque es compañera y, ante la imposibilidad de Mora de este último tiempo, ella toma ese lugar porque le gusta acompañar a su papá; y eso es hermoso para mí; como cuando viene a la oficina, al estudio o a los ensayos", comentó Abel.
El cantante también destacó la importancia de estos momentos compartidos con su hija, considerándolos tiempos preciosos fuera de las responsabilidades diarias. "Y yo la invito permanentemente por fuera de sus responsabilidades, porque también es un hermoso tiempo compartido entre los dos", añadió Abel, subrayando la conexión especial que tienen gracias a la música y su compañía mutua.
Al reflexionar sobre sus 40 años de vida y sus casi 30 años en el escenario, Abel Pintos compartió sus pensamientos sobre el balance de su carrera y su vida personal. "Sinceramente, cuando con Mora y Guillermina decidimos formar una familia, yo sentí que iba a tener que aprender a funcionar de una manera completamente distinta a como venía funcionando en mi vida", explicó. Este proceso de adaptación y crecimiento personal llevó a Abel a comenzar terapia, donde abordó temas importantes como la necesidad de aprender a trabajar en equipo y compartir responsabilidades.
Abel mencionó que, acostumbrado a estar en la "punta de la mesa", tuvo que aprender a ser parte de una "mesa redonda", lo cual fue un desafío y una oportunidad de crecimiento. "Tenía que aprender a funcionar en equipo. Ese construirme desde la revisión me llevó a estar en este momento de balance, que tiene un tiempo de desarrollo. Y que en lo relacionado con la música, me enseñó a sanar lo que tengo que sanar y a colgarme las medallas que merezco", reflexionó.
El amor por la música que comparten Abel y Guillermina ha sido una fuente de alegría y unión para la familia. Aunque Guillermina ha mostrado interés y talento en el mundo de la música, Abel reconoce que su presencia en eventos y ensayos es una muestra de su compañerismo y no necesariamente una indicación de un futuro en la industria. No obstante, el cantante está agradecido por estos momentos especiales que fortalecen su vínculo con su hija.