Por Santiago García
Es muy difícil recordar que uno está viendo una película al mirar Atlas. Es tan mecánico, sin alma y artificial todo lo que se ve que el cerebro se escapa hacia otros lugares. Antes de terminar el primer tercio uno ya ni sabe porque siguen ahí esas imágenes sin sentido con Jennifer Lopez jugando a ser una heroína de ciencia ficción.
Si nuestra cabeza tiene la suerte de recordar Aliens (1986) y a Sigourney Weaver primero sentiremos algo de felicidad y luego fastidio al volver a Atlas. La película es más un capricho de su protagonista que un proyecto con el que ella pueda lidiar. Su falsedad es, paradójicamente, lo único no mecánico de la película. Su actuación es una catástrofe humana, no artificial.
Atlas Shepherd (Jennifer Lopez) es un analista con una arraigada desconfianza hacía la inteligencia artificial. Su misión es formar parte de un grupo que debe buscar al fugitivo terrorista de IA llamado Harlan, quien veintiocho años atrás lideró una rebelión de IA que dejó millones de muertos antes de huir al espacio exterior. Atlas ha logrado que uno de los agentes de Harlan le de el paradero de su líder y por eso Atlas debe ir a un planeta en la galaxia de Andrómeda para detenerlo antes de que vuelva a la Tierra. El grupo militar que la acompaña no es de su agrado, ya que incluye robots con inteligencia artificial que son la principal arma de combate de los soldados. Por supuesto nada sale como lo planeado y Atlas tiene como único posible aliado a uno de esos robots, llamado Smith, que le ofrece fusionar mentes para funcionar como unidad armada, humana y robot.
Es un verdadero problema el estado de esta clase de cine actual. Si en lugar de ver Atlas en nuestras casas lo hiciéramos en el cine se disfrutaría más o se sufriría más? Nunca lo sabremos. Sus reflexiones sobre la inteligencia artificial se pueden resumir así: No es ni buena ni mala, todo depende de cómo se use. Gente, está película podría haber sido un Tweet. Uno muy tonto, por cierto. Otra pérdida de tiempo al que el llamarle cine le queda muy grande.