La trágica muerte de Daniel “La Tota” Santillán, una figura emblemática de la cumbia argentina, ha dejado un vacío en el mundo del espectáculo. Su fallecimiento, ocurrido el último domingo en su casa de Castelar, ha sido un golpe duro para sus seguidores y seres queridos. En medio de la conmoción, ha salido a la luz una pericia psicológica ordenada por la Justicia en una causa previa a su muerte, que arroja luz sobre los problemas de salud mental que enfrentaba el animador.
La Tota Santillán había sido diagnosticado con trastorno bipolar en 2011, una condición que afectó profundamente su vida personal y profesional. En varias entrevistas, Santillán habló abiertamente sobre su lucha contra esta enfermedad, describiendo cómo el estrés y la presión de su carrera contribuyeron a su diagnóstico. “No sabía lo que era ser una persona con bipolaridad y lo sufrí un montón”, confesó en una ocasión.
La pericia psicológica, realizada en el marco de una demanda civil iniciada por su ex pareja en 2017, reveló una serie de internaciones y diagnósticos que reflejan la gravedad de su condición. La ex pareja de Santillán había alegado que el animador puso en grave peligro la seguridad y salud psicofísica de su familia, haciéndoles presenciar situaciones de violencia. A pesar de estas acusaciones, Santillán recibió decisiones favorables en algunos fallos judiciales, pero su salud mental continuó deteriorándose.
En 2022, Santillán fue internado en una clínica privada tras un intento de suicidio. En una entrevista, recordó cómo su condición lo llevó a autolesionarse y a buscar ayuda médica urgente. “Me clavé un cuchillo en el pecho”, reveló, destacando la desesperación que sentía en ese momento. Este episodio fue uno de los muchos que marcaron su lucha contra la bipolaridad, una enfermedad que, según él, no fue causada por el uso de drogas o alcohol, sino por la falta de adherencia a su tratamiento.
La pericia psicológica también destacó la importancia del apoyo de su círculo cercano en su proceso de recuperación. Santillán mencionó a su psiquiatra, psicóloga y familiares como pilares fundamentales en su vida. Sin embargo, a pesar de este apoyo, su condición seguía siendo un desafío constante. “Dejaba de tomar la medicación porque pensaba que estaba bien”, explicó, reflejando la lucha interna entre su percepción de la enfermedad y la realidad.
El diagnóstico de bipolaridad y las múltiples internaciones no fueron los únicos problemas que enfrentó Santillán. En 2023, fue condenado por violencia de género, recibiendo una pena de cinco años y medio de cárcel. Esta condena, sumada a la falta de ingresos y la presión mediática, agravó su estado depresivo. Amigos y familiares declararon que Santillán se encontraba “muy depresivo” y que ya había intentado quitarse la vida en 2022.
La muerte de La Tota Santillán, cuyo cuerpo fue encontrado quemado en un 90% en su casa, ha sido un recordatorio doloroso de la importancia de la salud mental y del apoyo necesario para quienes luchan contra enfermedades como la bipolaridad. La autopsia reveló que la falta de oxígeno ocasionada por las llamas fue la causa de su muerte, y la principal hipótesis es la de un suicidio.
