El sindicato (The Union, Estados Unidos, 2024) es una película de acción que tiene el presupuesto y el lanzamiento de un título clase A pero a la vez se enreda en un guión sin el rigor suficiente como para entregarse al entretenimiento sin cuestionarle nada.
Su combinación comedia romántica y película de espías transita por los lugares conocidos y muchas veces efectivos de esta fusión de géneros, sin ser una película mala pero a la vez lejos de ser un título memorable. Mike (Mark Wahlberg) es un hombre común con una vida normal, hasta que aparece de la nada Roxanne (Halle Berry) una novia de secundaria por la que él descubre sigue teniendo sentimientos. Pero ese regreso, que parece exclusivamente romántico, es en realidad un plan para reclutarlo. Él no lo sabe pero el espectador sí, porque ha visto una operación fallida de la agencia de inteligencia americana para la que ella trabaja.
En esta nueva variable del hombre común convertido en agente, algo que también hemos visto y disfrutado muchas veces, las cosas cosas se ven algo ridículas y entre escena de acción y escena de acción la trama nos recuerda que no estamos frente a una película de esas que marcan la diferencia.
Aunque es saludable ver una pareja romántica interracial en estas épocas de progresismo racista, la verdad es que no tienen gran química los protagonistas. Lo más rescatable y digno de verse es un uso de locaciones de Londres que rankea entre lo más llamativo de los últimos años. Alguien tuvo luz verde para filmar en todos lados y es casi una visita turística la parte central de la película. Turismo aparte, El sindicato tiene varios grandes actores en roles secundarios y un buen trabajo de escenas de acción, en comparación con las películas de Misión: Imposible, sin embargo, se ve como un pequeño paseo en el parque.
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