Llegó el día especial para Marcos Ginocchio, el flamante ganador de Gran Hermano. Después de casi seis meses (cinco meses y tres semanas para ser más exactos), regresa a su casa de San Lorenzo, en su Salta natal. Allí lo espera su familia, sus amigos y también una multitud. Por caso, está prevista una suerte de caravana que incluye un paso por la Catedral por pedido especial de él, ya que quiere agradecerle a la Virgen, y también un evento en uno de los principales centros comerciales, en donde se sacará fotos, recibirá el cariño de la gente, y también brindará notas a los medios locales.
Luego de haberse consagrado ganador del certamen, gracias al voto telefónico, el joven estudiante de Derecho visitó algunos programas de radio y televisión, dio distintas entrevistas y también asistió a eventos. Y ahora llegó el momento de regresar a su ciudad y reencontrarse con los suyos. Y lo transmitieron en vivo desde A la Barbarossa, el programa que conduce Georgina Barbarossa por la pantalla de Telefe pero que esta mañana estuvo a cargo de Robertito Funes, quien suele reemplazarla cuando ella no está presente. Noelia Antonelli acompañó a Marcos en el móvil en vivo mientras caminaba por Aeroparque saludando a todo aquel que se acercaba y también se tomó fotografías.
Hicieron juntos la fila hasta llegar al mostrador y hacer el check in, se encontraron con el músico Gustavo Cordera -que contó que viaja a Rosario- y cuando debió presentar su DNI tuvo un susto en vivo: no lo encontraba. Primero, revisó su billetera buscando el documento personal, y luego explicó que creía que estaba dentro de uno de los bolsos, intentó abrirlo desde la cinta, antes despacharlo, pero el empleado de la aerolínea le sugirió que se hiciera a un lado, que lo buscara tranquilo y regresara cuando tuviera la tarjeta. Mientras tanto, la suerte corría de su lado: le comunicaron que el vuelo tenía una hora de retraso.
Dicho y hecho, Noelia acompañó a Marcos hasta el baño de hombres, entró con sus pertenencias y cuando salió, lo hizo con el DNI en la mano. “Me habían dicho que no lo podía perder. Sabía que lo tenía pero no sabía bien dónde”, explicó el joven que jamás perdió la calma y se mostró siempre tranquilo. “Sabía que lo tenía, pero no me desesperé”, agregó y advirtió que era peor “estar en placa”.
Luego de haber despachado sus valijas, finalizó el trámite personal y entregó los papeles para que Morita -la cachorra que adoptó dentro de Gran Hermano- pudiera viajar con él en el avión. Presentó la libreta sanitaria, el certificado del veterinario, certificado de salud, el del tratamiento antiparasitario, el que indicaba que tenía las vacunas al día, según leyó Antonelli mientras caminaba por el aeropuerto con Marcos, a quien cada dos pasos paraban para tomarse una foto. Y lo hacía con la perra en sus brazos. La cronista también indicó que el pasaje de la mascota había salido $4.840 y que viajaría al lado de Ginocchio, a quien le habían asignado el asiento 17A.
Luego, llegó el momento de despedirse del móvil para cruzar al sector al que solo tienen acceso quienes van a viajar. Y Marcos lo hizo antes de pasar por el salón vip de la aerolínea hasta que llegue la hora de embarcar y emprender su regreso a Salta. Horas antes, había viajado su hermana Valentina, quien intentó cambiar el pasaje para acompañar a su hermano, pero no había podido hacerlo.
Y tres días antes, su hermano José regresó a los Estados Unidos, en donde vive hace varios años y está realizando una beca: había llegado al país para reencontrarse con su hermano cuando aún estaba dentro de la casa más famosa del país, llegó hasta la final, vio la consagración, disfrutaron de algunos eventos afuera y luego retomó sus compromisos en el exterior.
“Estoy muy contento, muy ansioso por estar en Santa, ver a mi familia, a mis amigos”, dijo el joven que había sido consultado también sobre el reencuentro con Julieta, quien fuera su novia antes de ingresar a Gran Hermano. Al respecto, dijo que ella se había vuelvo a la provincia luego de haberlo acompañado en la final, y que aún no habían podido hablar a solas sobre su situación sentimental, que esperaba poder hacerlo una vez que esté allí.
También aseguró que planea regresar de visita a Buenos Aires. “Primero quiero estar con mi familia y mis amigos, que tanto los necesité. Voy a aprovechar el tiempo con ellos”, dijo y se conmovió al hablar de sus padres y de lo difícil que habrá sido para ellos no haber tenido ningún contacto con su hijo durante el tiempo que estuvo en el certamen.
“Estoy feliz, ver el cariño de la gente, que me saquen fotos, me den un abrazo, es super lindo. Nunca me imaginé que iba a ser así. Recibir el cariño de la gente es lo más lindo. Estoy super contento, recién ahora estoy cayendo de todo lo que pasó”, fue lo último que dijo Marcos Ginocchio antes de despedirse de Buenos Aires para volar a Salta y reencontrarse con los suyos.