Alguien dijo que la estética de la modernidad era el fragmento y es probable que esté en lo cierto: recordamos más pedazos de las obras que las obras en sí mismas, con excepciones. Muchas veces se recomienda una película o el episodio de una serie por "esa" escena en particular que logró captar nuestra atención.
Evidentemente, esto también captó la atención de los desarrolladores, los empresarios y los especialistas en marketing. Lo que nos lleva a la novedad: Netflix lanzó (en principio para sus apps de celulares) la herramienta de "Moments", que le permite al usuario cortar, guardar y (¡atención!) compartir las escenas que prefiera de sus contenidos favoritos.
Esta característica es, probablemente, una de las innovaciones más importantes (a corto, mediano y largo plazo) que lanzó la plataforma y seguramente provoque un efecto contagio. De funcionar como debería, el resto de las plataformas la incluirá como estándar. Esta tiene una razón y es la conversación en redes sociales. En efecto: el mejor marketing, se sabe, es el “boca a boca”, pero ese boca a boca se potenció de manera incalculable gracias a las redes sociales. Es allí donde ya se "comparten" fragmentos del audiovisual de dos modos: como comentario sobre algo externo a ello (lo llamamos meme, claro) o como ejemplo de algo que debe verse.
De hecho, gran parte de la narrativa audiovisual contemporánea está construida para que en cada episodio de una serie o en cada película haya un momento potencialmente viral.
Es decir, la nueva característica necesariamente hace que la conversación parta desde el propio entorno de Netflix. Esto también tiene sus ventajas para la firma: difusión de contenido y, especialmente, métricas. Netflix sabrá qué se comparte, en qué medida, cuánto, etcétera, como sabe hoy el impacto de una de sus creaciones en la medida en que monitorea las redes sociales. Aquí es, directamente, conocer qué es lo que llama la atención, qué se destaca y qué se "guarda" de cada contenido. Lo que además es un buen predictor respecto de dónde reforzar una inversión o dónde quitarla.
Es decir, más allá de la evidente dimensión lúdica que tiene esta nueva característica aparece otra: la necesidad de saber qué es lo que el público desea y adaptarse a esos requerimientos. Es cierto: no tiene mucho de "artístico" porque se corre el riesgo de caer en el común denominador (que es lo que le pasa a Hollywood en general cuando repite fórmulas, hasta que, como decí Louis B. Mayer, aparecen lugares comunes nuevos) para agradar a la mayor cantidad de usuarios posibles. Pero al mismo tiempo es una herramienta perfectamente cuantificable, mucho más precisa (si se sabe leer) que las encuestas de opinión y que el trabajo de las consultoras. Esta vez, la sociología la harán las sociedades.
Para que todo sea completo, los usuarios no solo pueden compartir estos fragmentos elegidos con otros abonados de la plataforma sino también en sus redes sociales, como Facebook, Instagram, WhatsApp, Snapchat, Twitter. Lo que inaugura, además, una tendencia: el marketing inconsciente llevado adelante por los propios consumidores.
La innovadora función ya está disponible en dispositivos iOS para toda Latinoamérica y se espera que dentro de las próximas semanas también funcione en usuarios con sistema Android.