La sentencia de divorcio entre Wanda Nara y Mauro Icardi, emitida por la justicia italiana, marca un nuevo capítulo en la mediática relación de la pareja. Este fallo, que se dio a conocer el martes 18 de marzo en los tribunales de Milán, ha generado un gran revuelo, especialmente por los detalles que incluyó. Según la resolución, el tribunal falló a favor del futbolista tras acreditarse una infidelidad por parte de Wanda Nara, lo que inclinó la balanza en el proceso judicial.
El divorcio, aunque ya oficial, no representa el cierre definitivo del caso. La sentencia es parcial, lo que significa que aún quedan aspectos legales por resolver, como la división de bienes y la custodia de las hijas de la pareja. Este último punto podría derivar en nuevos enfrentamientos legales, ya que ambos han expresado su interés en mantener un rol activo en la crianza de sus hijas.
Uno de los elementos más llamativos del fallo fue la prueba presentada por Icardi, que vinculaba a Wanda Nara con el futbolista Keita Baldé, señalado como su supuesto amante en el pasado. Este detalle fue clave para que el tribunal aceptara la demanda de divorcio bajo la carátula de adulterio. La abogada de Wanda, Elba Marcovecchio, expresó su sorpresa ante el desenlace, señalando que el equipo legal de Nara no esperaba una resolución tan inmediata.
En cuanto a la división de bienes, se espera que el proceso sea complejo debido al patrimonio compartido de la pareja, que incluye propiedades en Europa y América Latina, así como inversiones y contratos publicitarios. Este aspecto será crucial para determinar el impacto económico del divorcio en ambas partes.
Por otro lado, la custodia de las hijas también promete ser un tema delicado. Aunque el fallo inicial favorece a Icardi, Wanda podría apelar la decisión, lo que prolongaría el litigio. Además, el resultado de este proceso podría influir en las restricciones y acuerdos económicos que la expareja negocie en los próximos meses.
