El diagnóstico fue tan inesperado como desconcertante. En la ciudad de Malaca, Malasia, una madre llevó a su hija al hospital tras notar que se quejaba de un dolor persistente en el oído. Lo que encontraron los médicos fue una escena digna de una pesadilla: cientos de garrapatas alojadas en el canal auditivo de la niña.
Hayfa, la pequeña afectada, empezó a quejarse del dolor un día antes, pero su madre, Aqila Nasir, no detectó nada al examinarla con una linterna. La situación empeoró al día siguiente, cuando la niña, además de presentar molestias en el oído, comenzó a sentir dolor en el cuello y mostraba signos de letargo. Fue entonces cuando Aqila observó unos puntos negros en la cavidad auditiva y decidió acudir a una clínica.
Una médica utilizó una cámara para mostrarle a Aqila el panorama. Decenas de pequeños puntos negros, identificados como garrapatas, estaban esparcidos dentro del canal auditivo de Hayfa. Tras un procedimiento minucioso y doloroso, lograron extraerlas todas, permitiendo que la niña regresara a su hogar con indicaciones de analgésicos y reposo.
Lo más inquietante para Aqila es cómo llegaron estos parásitos al oído de su hija. Según explicó, Hayfa lleva hiyab al jugar al aire libre, lo que teóricamente debería protegerla. La doctora sugirió que las garrapatas podrían haberse transmitido desde animales domésticos, pero la madre no encontró una explicación concluyente.
El incidente, ocurrido la semana pasada, llevó a Aqila a compartir su experiencia en redes sociales para advertir a otros padres sobre la importancia de atender las señales de sus hijos. Con un tono de resignación y algo de culpa, instó a prestar mayor atención, mientras se pregunta cómo pudo haber evitado este desconcertante episodio.
Quizás no haya respuestas claras, pero lo cierto es que la historia de Hayfa revela un recordatorio doloroso: en cuestiones de salud infantil, no hay detalle demasiado pequeño para ser ignorado.