Luego de la postergación por las lluvias del viernes que obligaron a trasladar el concierto al domingo, Taylor Swift salió al escenario de River Plate para dar su segundo show en suelo argentino de los tres pautados por la productora DF Entertainment.
La cantautora oriunda de Pensilvania ya había tenido una muestra de cariño del público local, y durante su actuación del sábado, enloqueció a sus fans con unas palabras fuera de agenda.
Se sabe que su show está armado con precisión de relojería. Que las canciones, los cambios de vestuario, las pantallas y las luces tiene su razón y su lugar. Pero en una artista tan sanguínea y autorreferencial, no es extraño que haya salidas del libreto. Y el público argentino bien sabe de este tipo de situaciones, entregándose a los artistas sin distinción de géneros musicales.
Uno de los caballitos de batalla ante cada visita internacional es homenajear al compás del futbolero “Olé, olé, olé, olé...” más el nombre del artista en cuestión. La melodía importada del Mundial de Italia ‘90, pasó casi de inmediato de las tribunas a los conciertos y se volvió sinónimo de ovación y gratitud. Los shows de Taylor Swift no fueron la excepción. Y la cantautora tomó nota y le regaló un momento inolvidable a las miles de almas que coparon el Monumental.
Sentada al piano, con los focos resaltando la oscuridad de la multitud, la cantante escuchó una vez más la ovación. Y sintió que era el momento de devolver tantas muestras de afecto con un mimo al alma. “¡Wow guys! I love it when you ‘ole, ole, ole’” (”Wow, amigos. Amo cuando cantan ‘olé, olé, olé'”) lanzó Taylor con una sonrisa que generó una de las ovaciones más grandes de la noche.
El video rápidamente se viralizó en las redes sociales y en X (la red antes conocida como Twitter) muchos fanáticos tomaron nota del curso intensivo de argentinidad de la estadounidense. Y los montajes con Lionel Messi, Mirtha Legrand, Ricardo Iorio y diferentes personalidades de nuestra cultura se sucedieron para dar cuenta de ello. Y enseguida, flotó en el ambiente lo ocurrido durante su primer show, cuando por un rato Taylor dejó de ser la protagonista y el público argentino volvió a dar muestras de su pasión.
Profundamente conmovida, la cantante se quedó paralizada sobre las tablas: apenas sin poder moverse y con los ojos asombrados, no dejó de mirar a la gente desplegada sobre las tribunas del estadio y en el campo. Era su primera vez en suelo argentino y la ovación era total, las exclamaciones de alegría de sus seguidoras se podían escuchar incluso desde afuera de la cancha, y ella, parada con el micrófono en la mano, se dio vuelta para mirarlas desde todos los ángulos del escenario.
Enfundada en un enterito rosa con brillos, con botas a la rodilla del mismo tono, y el cabello suelto, Taylor no dejó de abrir su boca en señal de perplejidad. Si bien sabía que muchas personas habían comprado la entrada para ir a verla, seguramente no supo del amor que le tienen sus fans argentinas. “Solo quiero probar algo muy rápido con un público tan sorprendente, solo quiero probar algo”, dijo señalando hacia todos los ángulos del estadio y recibiendo aún más gritos y ovacion. “Esto es sorprende, me están haciendo sentir realmente muy poderosa”, exclamó mientras se dirigía desde una punta y otra del largo escenario dispuesto en forma de T sobre el campo.
“Me están haciendo sentir que puedo tocar en un estadio lleno en Argentina por primera vez en mi vida”, sumó y se puso una chaqueta color rosa chicle plagada de lentejuelas para agregar, antes de comenzar su siguiente tema: “Lo que estoy tratando de decir es que me están haciendo sentir que soy lo más”.