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Vida y obra de Indiana Jones para disfrutar en Disney+

Al mismo tiempo que se estrena la quinta y última película con el personaje, Disney+ incorporó a su catálogo los cuatro filmes anteriores dirigidos por Steven Spielberg. Datos, cuál es la mejor de todas y por qué valen la pena.

Vida y obra de Indiana Jones para disfrutar en Disney+

Ya que esta semana se estrena la quinta -y última- película de Indiana Jones, y que Disney++ subió las cuatro anteriores a su plataforma, es hora de que las revisemos una por una.

No solo porque crearon a un personaje increíble y que quedó guardado para siempre en la memoria cinéfila de tres generaciones, sino porque hay mucha más tela para cortar en esos filmes nacidos de la colaboración entre George Lucas (productor), Steven Spielberg (director), Harrison Ford (actor) y, en principio, Lawrence Kasdan (guionista y verdadero "inventor" del personaje). Y porque es hora de divertirnos un poco.

Antes, algunos antecedentes. Después de haber hecho cuatro éxitos notables (Reto a muerte, que fue para TV pero se lanzó en cines en casi todo el mundo y le dio fama; Loca evasión, hoy olvidada película con Goldie Hawn que tuvo mucho éxito en taquilla; Tiburón, que reconfiguró todo Hollywood; y Encuentros cercanos del tercer tipo, que lo consolidó como "Niño maravilla" del cine), Steven Spielberg había hecho un enorme fracaso, la comedia 1941. A pesar de un elenco con gente de Saturday Night Live (John Belushi y Dan Ayckroyd), a pesar del guión lleno de gags de Bob Gale y Robert Zemeckis que recién empezaban, fue un desastre total.

Spielberg casi ni la menciona. Necesitaba un éxito. En unas vacaciones de playa con George Lucas, hablando de los viejos seriales de aventuras de los 40 que ambos amaban (de hecho, Star Wars nación como homenaje a ellos), pensaron en algo similar: una serie de aventuras absurdas a toda velocidad con un héroe inverosímil. Hablaron con Kasdan -que estaba trabajando en El Imperio Contraataca- y apareció Indiana Jones, un profesor de arqueología que es, también -y casi como un superhéroe con otra identidad- un aventurero audaz que busca piezas perdidas por todo el mundo. Y un espía, un amante, un guerrero, un hijo y, finalmente, un padre.

Harrison Ford no era una estrella todavía, aunque sí famoso por Star Wars. Le ofrecieron el papel, aceptó y nació Los cazadores del arca perdida (aún el nombre del personaje no figuraba en el título, nadie pensaba en una serie). La película sigue siendo demoledora por su velocidad, por la gran actuación de Ford, que le dio al rol la mezcla justa de ironía e inocencia, y mostró la capacidad técnica de Spielberg para filmar y montar cine de acción, mucho más que Tiburón. Ese detalle, el de actualizar a la velocidad y la tolerancia moderna aquellas acciones constantes de los seriales, más la impecable actuación de Ford y Karen Allen, hicieron de Los cazadores... un éxito absoluto.

Spielberg no creía en secuelas. Lo decía. Pero después de E.T., las cosas tampoco le iban del todo bien: el accidente que le costó la vida a Vic Morrow en el set de Al filo de la realidad y la decepción en los Oscar de El color púrpura lo decidieron a hacer "otra" Indiana Jones, ahora sí con el personaje en el título. Indiana Jones y el Templo de la Perdición es, sin dudas, la mejor de toda la serie. Totalmente gratuita, lúdica de principio a fin (los títulos con Kate Capshaw cantando a Coler Porter en cantonés) y jugada al humor, tiene invenciones como la persecución en la mina que incluso hoy son de un vértigo impresionante. La primera media hora simplemente no da respiro, y es un ejemplo de cine como campo de juego pocas veces visto, desfachatado y sin miedo.

Indiana Jones y la última cruzada es otra cosa: es, sobre todo, una historia del personaje que narra su infancia (lo interpreta River Phoenix muy poco antes de fallecer por sobredosis) y su relación con su padre (Sean Connery). Vuelven los nazis, pero también hay una pretensión digamos "trascendente" o moral en la búsqueda del Santo Grial. En parte menos vertiginosa que las otras, también es la que tiene mejores secuencias dialogadas (Ford y Connery se sacan chispas). Y el plano final es de los más bellos de toda la serie, un homenaje al gran cine de aventuras (también a Lawrence de Arabia, película que marcó a fuego a Spielberg).

Y llegamos a la gran controversia: Indiana Jones y el Reino de la calavera de cristal, cuyo título es kilométrico. Si en los años 40 Indy peleó contra los nazis y un poco antes estaba en la India aún bajo dominio británico, en los años 50 el telón de fondo debía ser la Guerra Fría. Spielberg, aquí, usa mucho la sátira social a través de las imágenes: la bomba atómica y ese salvavidas que es una heladera en una casita soñada y falsa son una alusión perfecta al neoconservadurismo de la Era Eisenhower. La hermosa villana que interpreta Cate Blanchett es todo el estereotipo junto, pero juega eso con el humor de la historieta, también influencia. Y además de los dioses extraterrestres (otro chiste) está la gran persecución con lianas, precipicios y hormigas caníbales que sólo un tipo como Spielberg puede filmar. E Indy comprende el término "familia", lo que no es poco.

Y para cerrar, aunque esto corresponde al lector buscarlo, recuerde la serie El joven Indiana Jones, que es hermosa y llena de grandes homenajes a la cultura popular de la primera mitad del siglo XX. Se canceló porque era carísima, pero tiene imágenes que son de lo más bello que alguna vez presentó la televisión.


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