La separación de Wanda Nara y Mauro Icardi no solo ha generado titulares por los conflictos personales y legales entre ambos, sino también por las implicaciones económicas que han comenzado a afectar a la familia de la empresaria. Según trascendió, tras la ruptura, se ha notado una disminución en el nivel de vida que Wanda y sus hijos mantenían durante su matrimonio con el futbolista, lo que ha llevado a ajustes significativos en su estilo de vida.
Durante su relación, la blonda no solo se desempeñó como representante de Mauro Icardi, negociando contratos millonarios para el futbolista, sino que también manejó diversos emprendimientos personales que le permitieron consolidar su imagen como empresaria. Sin embargo, tras la separación, la situación económica de la familia ha cambiado drásticamente.
Según fuentes cercanas, la falta de cumplimiento de Icardi con la cuota alimentaria establecida para sus hijas, Francesca e Isabella, ha generado tensiones adicionales. La abogada de Wanda, Ana Rosenfeld, confirmó que el futbolista lleva meses sin cumplir con este compromiso, lo que ha obligado a la empresaria a asumir sola los gastos de sus hijos.
Entre los costos que Wanda debe cubrir se encuentran los elevados gastos educativos de sus hijos, que ascienden a cifras significativas anualmente, además de los costos de mantenimiento de propiedades y servicios domésticos. Según informes, el colegio de los niños tiene un costo anual de aproximadamente 160.000 dólares, mientras que los gastos de servicio doméstico rondan los 700.000 pesos argentinos mensuales. Estos montos, sumados a otros gastos cotidianos, han puesto presión sobre las finanzas de Wanda, quien ha tenido que buscar nuevas formas de generar ingresos.