Video: Presentaron al “Meraxes gigas” una nueva especie de dinosaurio carnívoro gigante

09/07/2022. El dinosaurio, de unos 93 millones de años de antigüedad, ha sido bautizado en honor a un dragón de la saga literaria que inspiró la serie “Juego de Tronos”.

Paleontólogos argentinos, estadounidenses y canadienses presentan hoy una nueva especie de dinosaurio gigante carnívoro: el Meraxes gigas. Fue hallado en 2012 en la provincia de Neuquén, en la Patagonia argentina, pero su descripción completa se ha publicado ahora en la revista especializada Current Biology.

La especie pertenece a la familia de los carcarondontosáuridos, los mayores depredadores que dominaron casi todos los continentes durante parte del Cretácico, entre 100 a 90 millones de años atrás. Como todos los terópodos tenían los brazos cortos, huesos ligeros y desplazamiento bípedo. Los integrantes de esta familia en particular eran los más largos del grupo: entre 12 y 13 metros desde el hocico hasta la punta de la cola. Uno de los rasgos más distintivos eran los dientes: curvos y con dentículos afilados. Como serruchos de poda de hasta 10 centímetros. La denominación proviene, de hecho, del griego Carcharodontosaurus, que significa lagarto con dientes de tiburón. Con más de cuatro toneladas de peso “el gran devorador de dinosaurios”, como califica a esta nueva especie el comunicado de prensa de la Universidad Nacional de Río Negro, era uno de los lagartos carnívoros más grandes de Sudamérica.

Al paleontólogo Juan Ignacio Canale, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET) y de la Universidad Nacional de Río Negro (primer autor de 10 que firman el artículo) le recordó a un dragón en específico. “El nombre lo propuse yo porque me encanta la saga Canción de Hielo y Fuego”, admite en una videollamada desde la invernal Patagonia. Se refiere a la obra literaria que inspiró la exitosa serie Juego de Tronos. “Me encantan los nombres que eligió George R. R. Martin para sus dragones y este calzaba perfecto porque la forma es bastante similar: un reptil muy grande con un cráneo gigante. También porque en Neuquén había ya dos carcarodontosaurios gigantes: el Giganotosaurus carolinii –el ‘villano’ del último Mundo Jurásico– y el Mapusaurus. Este sería el tercero, como los dragones de la historia, que también eran tres”, explica.

El mayor trabajo estuvo en la descripción y las conclusiones a las que lograron arribar tras una década de investigación financiada por el ayuntamiento de El Chocón -la localidad de la provincia de Neuquén más rica en fósiles-, National Geographic y el Museo estadounidense Field, de Chicago. El hallazgo en sí, fue rápido. El primer día de campaña vieron expuesta entre la tierra una vértebra de la espalda. “Empezamos a excavar y aparecieron cada vez más huesos. Fue un batacazo”, celebra Canale. “Encontramos un cráneo sin la mandíbula pero con el maxilar y algunos dientes”. En realidad, son dientes incipientes porque los dinosaurios -al igual que los cocodrilos y a diferencia de los humanos- tenían varias generaciones dentarias a lo largo de su vida. La de este Meraxes llegó hasta los 45 años de edad, lo que lo convierte en uno de los carnívoros más ancianos hallados hasta ahora.

El ejemplar conserva también los huesos de los brazos y patas casi completos, “lo cual es muy novedoso porque en general los últimos carcarodontosaurios que alcanzaron los mayores tamaños en el Cretácico medio y primera parte del Cretácico superior en general tienen muy poco preservado tanto los pies como los brazos”. Gracias a esa suerte, pudo verse otra de las características distintivas de esta especie: una poderosa garra en el dedo interno de las patas, que supera por mucho a las otras dos en tamaño y filo.

La cadera tiene también su sello. En la espalda, por encima de la cintura, se elevan unas espinas que recuerdan a la joroba del Concavenator, hallado en 2015 en Cuenca. Haciendo honor a la inspiración literaria del nombre, el comunicado de prensa la presenta como “la silla de montar de la reina Rhaenys Tarharyen”, dado que el dragón que comanda la monarca en la obra original se llama Meraxes.

El cráneo es otra joya. Además de enorme, es el más completo de los miembros del grupo hallados hasta ahora y muestra huesos muy ornamentados, con protuberancias, crestas y surcos. Estas piezas les permiten extraer información valiosa no solo sobre el Meraxes sino sobre todas las especies de la familia, como el célebre Giganotosaurio.

“Nos da mucha información sobre cómo era la anatomía. En el caso de los brazos vimos que eran muy reducidos, algo que se sospechaba pero que ahora podemos decir con medidas”. Lo que el análisis permite afirmar es que, al igual que otros grupos de carnívoros ya conocidos -como los tiranosaurios y abelisaurios- la reducción de los brazos fue progresiva hasta representar una proporción del 40% del tamaño del fémur. Ahí se detuvo. Desconocen la razón. “El asunto es por qué se establece ese límite. Por qué no pudieron reducirse aún más. Por qué se detiene ahí. En todos es similar la proporción de ese límite”, se devana el científico sudamericano. Porque con cada hallazgo aparecen algunas respuestas, pero muchas más preguntas.

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